EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO





















LAS DIEZ CLAVES DE OG MANDINO

1.- Hoy comienzo una nueva vida.

La vida está repleta de oportunidades para seguir creciendo.
Debo practicar el arte de la paciencia, con ella iré haciendo eso cambios necesarios en mi vida.
El fracaso no será mi recompensa.
Me formaré nuevos hábitos y seré esclavos de esos hábitos. 
Los buenos hábitos son la clave de todo éxito.


2.- Saludaré este día con amor en mi corazón.

Contemplaré todas las cosas con amor.
Amaré a toda clase de hombres, cada uno tienen cualidades de ser admiradas, aunque quizás estén ocultas.
El amor es mi escudo para resistir los dardos de odio y las lanzas de ira.
La adversidad y el desánimo azotarán cual huracán mi nuevo escudo, hasta quedar reducidos a fina lluvia. Con su uso me protegerá aún estando solo. Me estimulará, y me calmará.
Me enfrentaré en silencio con amor y se reflejarán en mis ojos, harán que una sonrisa se asome a mis labios, harán eco en mi voz y su corazón se abrirá.
Me amaré a mi mismo, primordial para amar a los demás.
Nunca permitiré que mi mente sea atraída por el mal y la desesperación.
La alimentaré con meditación.
No tengo tiempo para odiar, solo para amar.
Sin amor fracasaré.


3.- Persistiré

De aquí en adelante reconoceré que todos los días la vida me pone a prueba en igual forma. Si persisto, si sigo probando, si continuo embistiendo alcanzaré mis objetivos.
Es la perseverancia el componente más importante. Ni el talento, ni la suerte, ni las relaciones por si solas pueden ayudarnos sin perseverancia.
Los premios de la vida se encuentran al fin de cada jornada, y no cerca del comienzo.
No me corresponde a mí saber cuántos pasos son necesarios a fin de alcanzar mis metas; quizás el objetivo se oculte detrás de la siguiente esquina. Siempre daré un paso más. Si ese no es suficiente daré otro y aún otro.


4.- Soy el milagro más grande de la naturaleza.

Soy una criatura única.  Soy el resultado de miles de años de progreso.
Mis habilidades, mi mente, mi corazón y mi cuerpo se estancarán, se corromperán y morirán a menos que le dé buen uso.
Puedo realizar mucho más de lo que he realizado y lo haré.
Estoy aquí con un propósito, es de crecer.
Concentraré todos mis esfuerzos en transformar mi potencial.
Comprenderé que todos mis desánimos y sufrimientos son en realidad grandes oportunidades.
Nunca me engañaré por el disfraz que lleven, porque mis ojos están abiertos. Miraré más allá del disfraz y no seré engañado.
Desde ahora en adelante le daré forma a mi vida y la guiaré.
La naturaleza no conoce derrota. Con el tiempo emerge victoriosa, así lo haré; con cada meta alcanzada hará que la próxima no sea tan difícil.


5.- Viviré este día como si fuese el último día de mi vida.

No me lamentaré por las desgracias, por las derrotas y los sufrimientos del ayer, que se han quedado enterrados.
¿Debo atormentarme con problemas que quizás nunca vayan a ocurrir? ¡No! 
El mañana yace sepultado con el ayer y no pensaré más en él. Este día es todo lo que tengo y daré las gracias por el don de disfrutar un nuevo día.
Tengo tan sólo una vida y la vida es una medida de tiempo. Trataré con ternura y afecto cada hora, porque no retornará jamás. A la indecisión destruiré con la acción; sepultaré las dudas bajo la fe; el temor destruiré con la confianza.
Soy una persona que siente cariño en su corazón y hoy es mi última oportunidad de demostrarlo.
Viviré este día como si fuese el último de mi existencia. Y si no lo es, caeré de rodillas y daré las gracias. 


6.- Hoy seré dueño de mis emociones.

Es una de las estratagemas de la naturaleza, escasamente comprendida, que cada día amanezco con estados de ánimos que han cambiado desde ayer. El gozo del ayer se convertirá en el hoy; sin embargo la tristeza de hoy pasará a ser el gozo del mañana. Dentro de mí hay una rueda, que cambia constantemente de la tristeza al gozo, de los transportes de alegría a la depresión, de la felicidad a la melancolía.
La tristeza de hoy contiene la simiente del gozo del mañana.
Dominaré estas emociones a fin de que cada día sea productiva y fructífera.
“Débil es aquel que permite que sus pensamientos controlen sus acciones; fuerte es aquel que compele a sus acciones que controlen sus pensamientos”.
“Si me siento deprimido cantaré.
Si me siento triste reiré.
Si me siento enfermo redoblaré mi trabajo.
Si siento miedo me lanzaré adelante.
Si me siento inferior vestiré ropas nuevas.
Si me siento inseguro levantaré la voz.
Si me siento insignificante recordaré mis metas”
Hoy seré dueño de mis emociones y trataré de reconocer e identificaré los misterios de los estados de ánimos y buscaré su procedencia para poder comprender los tipos de personalidad que se despiertan en mí.
Cuando comprenda mis estados de ánimos formaré mi destino.


7.- Me reiré del mundo.

El hombre es el único animal con la capacidad de encontrar el lado gracioso en todo lo que acontece, y debemos cultivar esta cualidad. ¿Pero cómo reír cuando todo a nuestro alrededor parece volverse en contra nuestra? Debemos entonces repetir estas tres palabras: Esto pasará también.
Estas palabras me harán triunfar en la adversidad y mantendrá mi vida en equilibrio.
Con ese estado todas las cosas quedarán reducidas a su justa medida.
Cada palabra bondadosa, hablada desde el corazón puede ayudar siempre a sembrar el amor y a recogerlo alrededor.

  
8.- Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.

Yo tengo la facultad de elección y no permitiré la desesperación.
Para que crezca y sea multiplicado es necesario plantar el grano de trigo en la oscuridad de la tierra. Mi fracaso, mi desesperación, mi ignorancia y mis inhabilidades son la oscuridad en la cual he sido plantado a fin de madurar.
Tengo el poder de elegir mi propio destino. Con metas y objetivos para que en mi vida cristalicen.
Aunque quizás tropiece antes de alcanzarlas; entonces me levantaré de nuevo y mis caídas no me preocuparán porque todos los hombres debes de tropezar con frecuencia para de nuevo continuar con humildad.
Sopesaré mis acciones y mis actitudes para reforzar mis debilidades y seguir cultivando mis habilidades.
Hoy multiplicaré mi valor en un ciento por ciento.


9.- Procederé ahora mismo.

Todo carece de valor si no va seguido de la acción.
Solamente la acción es la chispa que enciende mis planes, mis metas; hasta convertirlo en una fuerza viviente.
La acción es mí alimento que nutrirá mi vida.
La demora que me ha retrasado fue hija del temor y a hora reconozco este gran secreto, extraído de las profundidades de corazones valientes.
Para conquistar el temor debo proceder siempre sin vacilación y los estremecimientos de mi corazón desaparecerán.
10.- Con la fuerza de la meditación, pidiendo con humildad directivas y proyectándolas es lo que nos ayudará para seguir creciendo en la vida. 

Extraído del libro "El vendedor más grande del mundo" de OG MANDINO
Resumen por Inés Estela López


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