EL MIEDO



El miedo es un conjunto de sensaciones que se ponen en marcha ante situaciones que suponen una amenaza para nosotros.

La reacción del miedo ha sido clave para la supervivencia de los humanos a lo largo de la historia y continua siéndolo. Sentir miedo cuando vemos como un animal feroz hambriento corre hacia nosotros es adaptativo, nos hace correr para ponernos a salvo. Si no existiera la reacción de miedo, probablemente la raza humana habría desaparecido desde hace tiempo.

La reacción de miedo: Cuando vemos un peligro real que supone una amenaza para nosotros se pone en marcha un mecanismo para hacer frente a la situación, es decir, se producen un gran número de cambios corporales que “nos preparan para la acción” como son el aumento de la tasa cardiaca, la respiración, sudoración, contracciones estomacales...
Esta reacción pone a nuestra disposición todos los recursos energéticos disponibles para afrontar la situación, escapando o afrontándola.


LA FOBIA

La fobia es una forma especial del miedo que no es tan útil para nosotros (no es adaptativa). La reacción de miedo fóbico se diferencia del miedo adaptativo porque:

  •          Es desproporcionado o no existe una amenaza real: Tener miedo a las palomas, por ejemplo, tiene poco sentido si nos paramos a pensar cuál es el daño real que puede hacernos ese inocente animal (que más bien tendría que ser él quien nos tendría que tener fobia a nosotros...)
  •          Está fuera de nuestro control voluntario: Por mucho que tratemos de razonarlo, cuando aparece el objeto temido sentimos una reacción de miedo que “no podemos controlar”.
  •          Provocar que tratemos de evitar la situación o el objeto temido o lo soportemos con gran malestar. Seguramente una persona con fobia a las palomas no pisaría la Plaza de San Marcos de Venecia ni por todo el oro del mundo...
  •          Es desadaptativo: El miedo fóbico, lejos de salvaguardarnos de un horrible peligro, no nos deja disfrutar o suponen un obstáculo en nuestra vida diaria (pensemos en un jugador internacional de fútbol con fobia a volar, o en el ejecutivo que tiene fobia a hablar en público).
  •          Persiste a lo largo del tiempo: El miedo fóbico no desaparece con el paso del tiempo por aburrimiento, de hecho, suele hacerse cada vez más potente si no se realiza ningún tipo de afrontamiento.

- Existen numerosos tipos de miedos, de hecho, podemos encontrarnos con los miedos más comunes como el miedo a volar o miedo a los ascensores hasta lo más variopintos como el miedo a los espejos o al agua. Todos ellos lo podemos incluir en alguna de estas categorías:

  •          Fobias específicas o simples: miedos a cosas o situaciones muy concretos como el miedo a las palomas, a los perros, a las jeringuillas, a volar en avión, etc.
  •          Fobia Social: es el miedo a las situaciones sociales, puede incluir el miedo al rechazo, miedo al ridículo, miedo a las críticas, etc.
  •          Agorafobia: miedo a los espacios abiertos donde de sufrir una crisis de ansiedad será difícil escapar o encontrar ayuda.

Análisis de la conducta sobre el miedo

  • ¿Qué miedo es el que me paraliza?
  • ¿Qué pensamiento me produce?
  • ¿Qué sentimiento?
  • ¿Reacción fisiológica?
  • ¿Reacción conductual?
  • Consecuencias
  • Valoración
  • Alternativas para poder superarlo 

“Uno no debe enfrentarse al miedo sino afrontarlo” 
Enfrentarse a un miedo es una lucha donde ese miedo está ejerciendo poder.
Afrontar el miedo es reconocerlo, comprenderlo y buscar formas para poderlo superar


“No podemos impedir la aparición de nuestras reacciones de miedo, pero si podemos regularlas”. (Cristophe André)

“El valor no es la ausencia del miedo, es la conquista de este”. (Anónimo)

“La valentía es contagiosa, cuando una persona adopta una posición firme, las columnas vertebrales de las demás se enderezan también”. (Billy Graham)

“Donde el miedo está presente. La sabiduría no puede estar”. (Lactantius)

“Las cosas a las que usted le tiene miedo son invencibles, no por su naturaleza, sino por la forma en que usted las ve”. (Jewel Kiltcher)

“La inacción cultiva el miedo. La acción cultiva la confianza y el valor. Si usted quiere conquistar el miedo, no se quede sentado en la casa pensando acerca de este. Salga y ocúpese”. (Dale Carnegie)

“Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros”. (Hermann Hesse)

“El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo”. (Alain Filósofo)

“Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender”. (Marie Curie)

“El miedo es un sufrimiento que produce la espera de un mal”. (Aristóteles)

“Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo”. (Publio Siro)




SESGO, PREJUICIO O PREDISPOSICIÓN COGNITIVA


Un sesgo cognitivo, prejuicio o predisposición cognitiva son términos usados para describir alteraciones en la mente humana que son difíciles de eliminar y que llevan a una distorsión de la percepción, a un juicio impreciso o a una interpretación ilógica.
Un prejuicio cognitivo es un fenómeno psicológico principalmente involuntario que sesga el procesamiento de la información. Se trata de tendencias y comportamientos inconscientes que nos condicionan al intentar analizar la realidad.
En tanto somos observadores de un universo de variedad cambiante queda claro que tendremos la tendencia a filtrar en forma selectiva la información circundante, lo que puede dar lugar a errores o sesgos perceptivos de mayor o menor impacto sobre nuestra realidad interpretativa.
Constituyen cortocircuitos o atajos de la mente que ayudan a las personas a interpretar, predecir y tomar decisiones.
Una creencia es un modelo creado por la mente para satisfacer un deseo, generalmente sobre un hecho real o imaginario, del cual se desconoce o no se acepta una alternativa o una respuesta racional. 
En una creencia todos aquellos individuos que compartan dicho deseo darán por buena una proposición y actuarán como si fuese verdadera, aunque no lo sea. Diferente a las creencias, un sesgo es un error que aparece en los resultados de un estudio debido a factores que dependen de la recogida, análisis, interpretación, publicación o revisión de los datos que pueden conducir a conclusiones que son sistemáticamente diferentes de la verdad o incorrectas acerca de los objetivos de una indagación o investigación.


Los sesgos cognitivos más usualmente citados:

*Sesgo de confirmación: Es la tendencia a buscar o interpretar información de un modo que confirme nuestras propias preconcepciones.
*Prejuicio de desconfirmación o sesgo de disconformidad: Es la tendencia a realizar un crítico escrutinio de la información cuando contradice sus principales creencias y aceptar sin criterio aquella información que es congruente con sus principales creencias.
*Percepción selectiva: Tendencia en la cual, las ansias, esperanzas o ilusiones, afectan a la percepción.
*Efecto Bandwagon o efecto de arrastre: Es la tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas otras personas hacen (o creen) esas cosas.
*Efecto del falso consenso: la mayoría de personas juzgan que sus propios hábitos, valores y creencias están más extendidas entre otras personas de lo que realmente están.
*Prejuicio de la elección comprensiva: Es la tendencia a recordar nuestras propias decisiones como mejores de lo que realmente fueron.
*Prejuicio de información: Es la tendencia a buscar información, incluso cuando ésta no puede afectar a la decisión a tomar. Puede crear la falsa impresión de que por tener más información el razonamiento y/o la conclusión son más veraces.
*Prejuicio de compatibilidad: Es la tendencia a probar hipótesis exclusivamente a través de la prueba directa.
*Efecto contraste: Es el realce o reducción de una cualidad o medida de un objeto cuando la comparamos con otros observados recientemente.
*Efecto foco: Desviación de la predicción de un resultado, que ocurre cuando las personas sitúan mucha más importancia en un determinado punto o aspecto de un evento.
*Deformación profesional: Es la tendencia a mirar las cosas de acuerdo con las convenciones surgidas de la propia profesión, olvidando cualquier otro punto de vista más amplio.

"LOS CUATRO ACUERDOS"


Los cuatro acuerdos 

Es un ensayo de la soteriología tolteca escrito por el médico mexicano Miguel Ruiz que está basado en la sabiduría de los antiguos toltecas. Relata la cosmovisión que debería tener un ser humano para estar en equilibrio personal, teatral, diferencial, emocional, mental y social.

Para lograrlo se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos (4 dogmas), que son los siguientes:


  • "Sé impecable con tus palabras"
  • "No te tomes nada personalmente"
  • "No hagas suposiciones"
  • "Haz siempre lo máximo que puedas"
Romper nuestros acuerdos basados en las creencias y los dogmas que vamos adquiriendo a lo largo de nuestras vidas, es posible a base de recapitulación, no sólo de los efectos de nuestras emociones negativas igualmente las emociones positivas desbordadas deben ser eliminadas de nuestro sistema de creencias; dejar el ego y comenzar a ser cada vez más nosotros mismos. Ello nos puede conducir a un camino más sensato, libre y dictado por el corazón. «No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento»


La domesticación y el sueño del planeta 

• Lo que vemos y escuchamos no es más que un sueño, soñamos 24 horas al día. La función principal de nuestra mente es soñar. Al estar despierto soñamos dentro del marco lineal de realidad en el que estamos, al soñar el marco es más variable y tiende a cambiar constantemente. 
• La suma de los sueños individuales de cada uno conforman el sueño de una familia, un barrio, un país, y todo el planeta. De esta manera el sueño del planeta está formado por todas las creencias, religiones, leyes, culturas, gobiernos, escuelas, celebraciones, ritos, etc., de todas las sociedades que pueblan el planeta.
• Aprendemos a través de nuestra atención, concentrándonos en aquellos nos interesa percibir. De esta manera nuestros adultos captaron nuestra atención para transmitirnos todas las creencias, lo que es bueno y lo que no lo es, lo bello y lo feo, lo correcto y lo incorrecto; es decir todo un sueño externo a nosotros que capta nuestra atención y si estamos de acuerdo creemos en ese sueño.
• De niño creemos todo lo que dicen los adultos ya que al no tener la fortaleza suficiente, estamos de acuerdo con todo lo que nos dicen, y de esta manera somos “domesticados”.
La domesticación consiste en traspasar la información del sueño externo (sueño del
planeta) al sueño interno (sueño personal), lo cual crea todo nuestro sistema de creencias.
De esta manera aprendemos a juzgar a otros y a nosotros mismos basándonos en ese
sistema de creencias que nos indica como es todo, que es lo que está bien y lo que está mal y medimos la realidad en base a ese sistema de creencias.
• Si un adulto nos decía que algo estaba bien nos sentíamos bien y cuando nos decía que estaba mal nos sentíamos mal, con el tiempo empezamos a tener miedo a ser castigados si hacíamos algo mal. En este proceso de domesticación perdimos nuestras tendencias naturales. Con el tiempo ya no necesitamos más que alguien nos domestique, nos autodomesticamos, somos nuestros propios domadores.
• Nuestro sistema de creencias es como el Libro de la Ley que gobierna nuestra mente y no es cuestionable y basamos todos nuestros juicios en él. Esa ley dirige nuestro sueño.
Nuestro juez interior juzga todo en base a esa ley.
• Cualquier cosa que hagamos en contra del Libro de la Ley nos produce MIEDO, creamos veneno emocional.
• Cualquier cosa que hagamos que vaya en contra del libro de la ley nos hace sentir
inseguros.
• El 95 por ciento de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente son mentiras y sufrimos porque creemos en todas esas mentiras.
• El sueño del planeta es un sueño lleno de miedo, violencia, injusticia.
• La sociedad está gobernada por el miedo.
• No vemos la Verdad porque estamos ciegos por ese miedo.
• Nuestra mente es una bruma que los toltecas llamaron MITOTE: un sueño en el que miles de personas hablan a la vez y nadie comprende a nadie.
• Debido a ese gran Mitote nos resulta imposible ver que somos libres.
• Creamos una imagen de cómo deberíamos ser para que los demás nos aceptaran, de
sentirnos lo suficientemente buenos.
• Como no somos perfectos, nos rechazamos a nosotros mismos y de la misma manera
juzgamos a los demás.
• Nuestra manera de juzgarnos es la peor que existe.
• Si cometemos un error delante de los demás, intentamos negarlo y taparlo, pero tan pronto como estamos solos, el Juez se vuelve tan tenaz y el reproche es tan fuerte, que nos sentimos estúpidos, inútiles o indignos.
• Nadie, en toda tu vida te ha maltratado más que tú mismo.
• Si te castigas en forma exagerada, es posible que llegues a tolerar a alguien que te agreda físicamente, te humille y te trate como si fueras basura, piensas que te lo mereces y que no eres digno de amor ni de respeto.
• Nuestra imagen de perfección es la razón por la cual nos rechazamos y no nos aceptamos tal como somos ni aceptamos a los otros tal como son.



El preludio de un nuevo sueño
• Hemos establecido miles de acuerdos con nosotros mismos, con otras personas, con Dios, con la sociedad, etc.
• Los acuerdos más importantes son los que hacemos con nosotros mismos.
• Tenemos muchos acuerdos que nos hacen sufrir y nos hacen fracasar.
• Es necesario romper con esos acuerdos que nos hacen mal pues se basan en el miedo y reemplazarlos por acuerdos que surjan del amor.
• Los acuerdos que surgen del miedo nos quitan energía, mientras los que surgen el amor conservan nuestra energía.
• Gastamos mucha energía en mantener los acuerdos que hemos hecho y eso nos genera impotencia.
• Los cuatro acuerdos que siguen nos ayudan a romper con esos acuerdos basados en el miedo que consumen nuestra energía y nos hacen vivir en el Infierno.


PRIMER ACUERDO

“SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS” 

“Si eres impecable con tus palabras solo podrás engendrar belleza, amor y el Cielo en la Tierra”.

• Las palabras nos dan poder para crear.
• Las palabras son Intención en acción y pueden crear o destruir todo lo que te rodea.
• La mente humana es un campo fértil en el que constantemente se están sembrando
palabras, ideas, creencias, conceptos, opiniones. En ese terreno esas semillas crecen y producen consecuencias propias a su naturaleza. El miedo es también una semilla que abunda en ese terreno.
• Prepara el terreno de tu mente para que solo puedan crecer aquellas semillas que te hagan bien.
• Con las palabras podemos hechizarnos a nosotros mismos y a otros y producir con ello consecuencias muy graves.
• Impecabilidad significa sin pecado y pecado es hacer algo en contra de uno mismo.
• Al ser impecables asumimos la responsabilidad de nuestros actos sin culparnos ni
juzgarnos.
• Ser impecable con las palabras implica no utilizarlas en contra de uno mismo, es utilizar nuestra energía en la dirección de la verdad y del amor por uno mismo, sabiendo que el otro también soy yo.
• Al ser impecables con nuestras palabras podremos ser libres, felices y trascender al nivel de la existencia del caos. Podremos vivir en el Cielo en medio de miles de personas que viven en el Infierno porque seremos inmunes a ese Infierno.


SEGUNDO ACUERDO 

“NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE”

• La importancia personal, esto es, tomarse todo personalmente, es la expresión máxima del egoísmo pues implica la creencia de que todo gira a nuestro alrededor.
• Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente
• Lo que cada persona hace y dice responde a los acuerdos que ha establecido en su propia mente, los que ha establecido conforme a su domesticación.
• Si le decimos a otro: -Eres un tonto, nos estamos refiriendo a nosotros mismos, pues lo estamos diciendo basándonos en nuestras creencias, conceptos y opiniones.
• Tomarnos personalmente algo que otros nos dice implica tomarnos su veneno, su mala vibración y de esa manera nos convertimos en presa de esa opinión.
• Si evitamos tomarnos personalmente las opiniones ajenas nos hacemos inmunes a ese veneno.
• Al tomarnos personalmente las cosas, sentimos que nos agreden y reaccionamos para defendernos generando conflictos. Sentimos la necesidad de tener razón.
• Digámonos: “lo que pienses de mi no es importante para mí y no me lo tomo
personalmente”.
• Si nos enfadamos con otros en realidad nos estamos enfadando con nosotros mismos ya que el enojo obedece a una reacción que proviene de nuestro propio sistema de creencias.
• Nos enfadamos porque tenemos miedo, porque nos enfrentamos a nuestro miedo.
• Si no tenemos miedo, si amamos, no hay lugar para el enfado.
• Amamos todo lo que nos rodea cuando nos amamos a nosotros mismos, cuando logramos superar el miedo y en consecuencia el enfado.
• Para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario confiar en uno mismo.
• Al no tomar nada personalmente podemos empezar a romper muchos pequeños acuerdos internos que nos hacen sufrir.
• Si elegimos seguir nuestro corazón sin tomarnos nada personalmente, aunque estemos en medio del caos, experimentaremos felicidad y paz interior, permaneceremos en un estado de dicha.


TERCER ACUERDO

“NO HAGAS SUPOSICIONES”

• Tendemos a hacer suposiciones sobre todo, nos lo tomamos personalmente y creemos que esas suposiciones son ciertas.
• Todo nuestro sueño del Infierno se basa en suposiciones
• A partir de nuestras suposiciones empezamos a hacer comentarios a otros, a chismorrear. De esa manera nos mandamos veneno de unos a otros.
• Hacemos suposiciones que no son ciertas y luego las defendemos y queremos tener razón.
• Vemos y oímos lo que queremos y no percibimos las cosas tal como son. Si no
entendemos algo hacemos suposiciones sobre suposiciones.
• Si alguien nos sonríe suponemos: “realmente le gusto”, sin clarificar lo que la otra persona siente.
• Suponemos que los demás saben lo que pensamos y por lo cual no es necesario que
expresemos lo que queremos.
• Necesitamos justificarlo todo para sentirnos seguro y al no saber algo lo suponemos
porque no tenemos el valor de preguntar.
• Hacemos esto porque realizamos acuerdos internos para actuar de esa manera.
Acordamos que hacer preguntas es peligroso y que aquellos que queremos tienen que saber lo que queremos y como nos sentimos.
• Creemos que al amar a alguien lo vamos a poder cambiar a nuestro gusto y nos mentimos a nosotros mismos.
• Para evitar las suposiciones debemos preguntar, estar seguros de que las cosas nos
quedan claras.
• Con una comunicación clara las relaciones mejoran.
• Si somos claros, nuestras palabras se tornan impecables.
• Es necesario actuar para que las cosas cambien, la acción fortalece la voluntad, nutre la nueva semilla y establece una base sólida para que el nuevo hábito se desarrolle.
• Cuando transformamos nuestro sueño, la magia aparece en nuestra vida, lo que
necesitamos llega con facilidad porque sabemos lo que queremos y somos.



CUARTO ACUERDO

“HAZ SIEMPRE TU MÁXIMO ESFUERZO” 

Este acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábito.
• Lo máximo que podamos hacer cambia de un momento a otro según nuestro estado.
• Independientemente de ello se trata de hacer siempre el máximo esfuerzo.
• Si nos sobreexigimos, nos agotaremos y si hacemos menos de lo que podemos nos
sometemos a nuestros juicios, culpas y reproches por no haber hecho más.
• Al hacer siempre el máximo esfuerzo desaparecerán los reproches que nos hacemos a nosotros mismos, romperemos ese hechizo.
• Es la acción lo que nos hará sentir felices.
• Hacer el máximo esfuerzo implica actuar por amor, no por recompensa.
• La mayoría de la gente actúa por la recompensa que espera recibir, por eso no hacen el máximo esfuerzo.
• Si nos gusta lo que hacemos, si siempre hacemos el máximo esfuerzo, disfrutamos de lo que hacemos y nos sentimos felices por ello.
• Al hacer el máximo esfuerzo disfrutamos lo que hacemos. Hacemos el máximo esfuerzo porque nos gusta hacerlo, no lo hacemos por complacer a nuestro Juez interno ni a los demás.
• Si emprendemos una acción por obligación, no haremos el máximo esfuerzo. 
• La acción es vivir con plenitud, la inacción es una forma de negar la vida.
• Expresar lo que somos es emprender la acción.
• Una idea si no se lleva a cabo no producirá ninguna manifestación, ni resultados, ni
recompensas.
• Emprender la acción es estar vivo, es arriesgarse a salir y expresar nuestro Sueño.
• Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, deja que se vaya, cuanto te entregas y dejas ir el pasado te permites estar vivo en el presente, podrás disfrutar del sueño que sucede ahora mismo.
• Si vives en un sueño del pasado, jamás podrás disfrutar el sueño del presente y vivirás a medias con autocompasión, sufrimiento y lágrimas.
• Tienes derecho a ser tu mismo y solo puedes serlo cuando haces tu máximo esfuerzo, cuando no lo haces te niegas ese derecho.
• Los tres primeros acuerdos funcionan si hacemos el máximo esfuerzo.
• No esperes ser siempre impecable con tus palabras, solo haz tu máximo esfuerzo por cumplirlo
• No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas personalmente, solo haz tu máximo esfuerzo.
• No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, solo haz tu máximo esfuerzo.
• Si haces el máximo esfuerzo siempre, serán menos frecuentes los desaciertos.


Resumen del libro Los Cuatro Acuerdos escrito por el Dr. Miguel Ruiz


LA RESILIENCIA


La Resiliencia, es un concepto que fue usado primariamente en relación a los metales. Se dice que es la capacidad de un metal determinado de resistir y ser flexible a determinadas pruebas que se experimentan con él, a los fines de comprobar la calidad del mismo y de recobrar su estado original.
           
“La Resiliencia humana es esa fuerza impulsora interior que se posee; la capacidad innata con la que se cuenta para poder tolerar las adversidades de la vida; de poder transformarlas en desafíos, en nuevas oportunidades para fortalecerse”.
 
“Las personas ‘resilientes’ son seres comprometidos consigo mismo, que se permiten el ‘control’ de las circunstancias y, sobre todo, estar ‘abiertos’ aceptando los cambios, ya que interpretan las experiencias como parte esencial de la vida y de su propia existencia".


- ¿Cómo podemos desarrollar esa capacidad de Resiliencia?
- ¿Cómo podemos descubrir nuestra fortaleza interior, para avanzar sobre las adversidades?
 
La respuesta está en iniciar el camino del “Auto-Conocimiento”. Esto sucederá, paulatinamente, a medida que vayamos conociendo nuestras propias virtudes o fortalezas, reconociendo nuestras debilidades, fomentando talentos y logrando expresarlos.

“Esencialmente es empezar a valorarnos y reconocernos valiosos; es perdonarnos los errores y empezar a verlos como aprendizajes; es estimular la creatividad que se lleva dentro; es atesorar las relaciones con los demás, como un espejo de lo que sentimos; es permitirse dejar fluir los sentimientos sin coartarlos y abrirse a la comunicación del corazón, que nunca se equivoca”.
 
“Es aprender a pedir 'ayuda' y extender esa ayuda hacia los demás, como una cadena de amor que se construye y progresa. Es reírse de las adversidades. Ridiculizar el temor a no poder resolverlas. El humor es, finalmente, una actitud de pensamiento positivo, es base o columna donde se establece la 'Resiliencia' (o la propia capacidad de superar los obstáculos que pudieran presentarse en la vida)".
 
La capacidad de Resiliencia esta ligada a la interacción que se tiene con el entorno, ya que  de esta manera se posibilita su desarrollo. Mientras mejor sea la relación con los demás, mientras el amor se exprese y nuestro corazón haga apertura a la sensibilidad, habrá mayor comprensión, apoyo y respeto que fortalecerán esa facultad de superación de circunstancias adversas, mejorando la "habilidad de respuesta" o de "responshabilidad".

Las adversidades nos ponen a prueba en muchas ocasiones, sintiendo que hemos llegado a tocar fondo; quizás sin esperanzas. Muchas veces, el dolor nos ha hecho tomar consciencia para poder superarnos o levantarnos de las caídas.
La condición positiva ante la vida, reduce las posibilidades de "riesgos" ante las adversidades. Considerando todas las manifestaciones de afecto, físicas y verbales, como un punto de partida para cambiar; acercándonos más a nuestro propio corazón. 
Descubramos nuestros talentos y habilidades naturales y potenciémosla. Pensemos en positivo y desarrollemos nuestra espiritualidad, más cuando sintamos que las esperanzas se diluyen.


*Hagamos conexiones con nuestro entorno.
*Evitemos ver las circunstancias como problemas insuperables.
*Aceptemos que el cambio es parte de la vida.
*Fomentemos nuestras metas.
*Tomemos acciones decisivas.
*Busquemos oportunidades para el “auto-descubrimiento”.
*Cultivemos una visión positiva. “Cada uno de si mismo”.
*Mantengamos las cosas en perspectiva. “Tratemos de visualizar lo que queremos, en lugar de preocuparnos por lo que tememos”.
*Conectemos siempre con nuestros sentimientos y pensamientos.
“Las prácticas de meditación ayudan a construir conexiones y restaurar la esperanza”.

La clave está en identicar las formas que pueden funcionar bien para cada uno como parte de estrategia personal para deesarrollar la resiliencia.


VIDA Y OBRA DE MERCEDES PINTO


Mercedes Pinto Armas de la Rosa y Clós. Nacida en Santa Cruz de Tenerife, el 12 de octubre de 1883-1876. En 1909 se casa con el catedrático de la Escuela Náutica de las Palmas Juan Foronda y Cubilla, con el que tiene tres hijos y un desgraciado matrimonio. Su boda clausura una época apacible de su vida e inaugura una experiencia matrimonial que marcará su obra y su vida. Las vejaciones que soporta de su marido, diagnosticado de paranoia celotípica, impregnará su actitud ante la vida y los temas dominantes de su obra. Diez años dura esta atormentada convivencia hasta que en 1919, por recomendación médica Juan de Foronda es internado en un sanatorio de Madrid. Esta visita a la capital del país será decisiva para Mercedes Pinto que, gracias al asesoramiento de abogado Rubén Rojo (su segundo marido), conseguirá refugiarse en Madrid con sus tres hijos y entrar en contacto con el mundo intelectual madrileño. Con su segundo esposo tendrá a sus otros dos hijos, Rubén y Gustavo Rojo (actores de cine). 

Allí comienza a escribir en la prensa y entra a formar parte del grupo de mujeres feministas liderado por la escritora Carmen de Burgos, ambas defensoras del divorcio. En 1923 dará una charla en la Universidad Central de Madrid bajo el título “El divorcio como medida higiénica”. Mercedes pidió a Primo de Rivera la supresión de la ley que marginaba a las madres solteras. Esto hizo que el dictador pidiera su destierro.

En 1924 con pasaporte falso huye a Uruguay, acompañada por Rubén Rojo y publica su primer libro de poemas “Brisas del Teide”, permaneciendo en el exilio hasta 1932.

En 1926 publica en Montevideo (Uruguay) su novela “ÉL”, la cual inspira a Luis Buñuel una de sus películas. Posteriormente publica “ELLA”, obra autobiográfica.

En 1930 estrena su obra teatral “Un señor... cualquiera”, donde analiza el conflicto generacional, la infidelidad, los celos y la violencia.

Funda la Asociación Republicana Española en Montevideo y la Asociación Canaria. En 1936 se traslada a La Habana (Cuba). Interviene en programa de radio. Regresa en 1953 a Tenerife por un periodo breve de tiempo. Desde 1943 hasta su muerte en 1976 vivió y escribió en México D.F.

Mercedes Pinto escribió novelas, poesías, teatro, programas radiofónicos y colaboraciones en presa; dirigió su propia compañía artística y sobresalió como conferenciante en diversos países americanos.

Se declaró republicana y feminista. El “Día de las Letras Canarias” de 2009 fue dedicado a su figura.

 FRAGMENTOS DE SUS OBRAS: 

“Cantos de muchos puertos”

“Salí ayer de mi patria, y ni un temblor estremeció mi párpados. 

Y el alma permaneció tranquila sosegada, 
esperando, serena, un horizonte con menos sombras...
Yo considero mi potente esfuerzo
como el del águila caudal, que huyese
de donde el cazador le persiguiera
y va a parar su vuelo, en una roca abrupta en lejanía
que nunca conociera.
¡Y aquél será su nido, y allí tendrá sus hijos,
y sobre aquella roca hospitalaria
creará sus amores y su patria...!
La patria es voz absurda de tiempos medievales.
El estado del alma de los seres dice cuál es la patria.
¡La patria es la que tiende la mano al caminante;
la patria es aquel suelo donde se encuentra redención y aliento;
la patria es una tierra, cerca o lejana,
donde se enjugan lágrimas candentes
y se convierten en ardientes besos...!”
«La patria» 


«Por los hombres cobardes abandonaré mi hogar y mi patria: por aquellos hombres
miserables y ruines que se envolvieron el alma con túnica de mujerzuelas para recibir
al infeliz demente con sonrisas melifluas, y lanzar a sus espaldas murmuraciones e intrigas miserables; perderé tal vez cuanto tuvo mi calor y fue mío.» "ÉL"



Delicada, contundente, sutil y destructiva es la novela Él, donde se narra en pequeños cuadros la vida de la protagonista al lado de su esposo, un hombre esquizofrénico y violento que la mantiene encerrada. Sin añadidos morbosos, ahonda en el alma de una mujer que vive en una sociedad pacata que ve con malos ojos (perspectiva que también comparte su madre) las ligeras críticas que esboza contra su marido. No dispuesta a resignarse a la resignación, que es el consejo general, decide tomar las riendas de su vida.

Era mujer, intelectual, exiliada, canaria y republicana. Tuvo la osadía de pensar diferente, y el valor de actuar en consecuencia. 
Prefería a José Martí antes que a las colonias españolas, a Mateo Morrals antes que a los reyes contra los que atentó en 1906. No son precedentes que faciliten entrar en el círculo de los privilegiados. Pero ése es el exacto lugar que le corresponde. ¿El genio nace o se hace? Ella abarca los primeros veintitantos años de la vida de Mercedes Pinto. Su infancia feliz en Tenerife, arropada por una familia pudiente, respetada y amante, sus incursiones en la religión, en la poesía; las primeras dudas que se despiertan en su inteligencia de niña precoz y vital; los tanteos amorosos; las injusticias; las bajezas humanas. Su matrimonio con Juan de Foronda, al que dedicó el libro Él, que inspiró la película homónima de Luis Buñuel. Pinto nació con genio, y dedicó la vida a fomentar el suyo, y a sembrar en los demás la inquietud para hallarlo en ellos mismo.

“SOBRE LA REFORMA DE LA EDUCACIÓN”

“... El problema se plantea indiscutiblemente de carácter psicológico y ético. Psicológico porque se refiere a la formación del espíritu humano en general y en especial del espíritu en su aspecto pensante, como formador de ideas, juicios, raciocinios. Ideas con alma, con contenido afectivo, con sentido alto y humano, una razón moral. ¿Qué moral? La que cada uno quisiera para sí y para todos los hombres del mundo. No una moral de lo malo y lo bueno encasillados en normas, sino una moral basada en el afecto, en el deseo de comprensión y de mejoramiento.
La enseñanza sería, pues, una moral en acción, traducida en amor al trabajo, en ética profesional, en compañerismo, ayuda mutua, desarme espiritual”.


EL DIVORCIO COMO MEDIDA HIGIÉNICA

Conferencia que dio en Madrid en 1923, refleja su compromiso social. Las ideas expuestas —en la que defendía el divorcio para situaciones como la que la propia Mercedes Pinto padeció directamente— eran demasiado adelantadas para su época y para un país sumamente católico como España.

[…] Yo sé, señores, que esta enfermedad pueden llevarla en sí lo mismo los hombres que las mujeres, pero yo soy mujer y vengo a hablar por ellas. Los hombres casados con una enferma de este género lo tienen todo a su favor: «Pobre hombre —dicen— la mujer es insoportable, es celosísima, es rabiosa, es una fiera; debe estar chiflada, porque hace cosas muy extrañas».
Por fin el marido, acompañado del asentimiento y la conmiseración de los amigos, de sus criados y del mundo, toma a la esposa y la lleva a una casa de salud, o la entrega a sus padres, quedándose él con los hijos, porque la mujer «no anda bien de la cabeza».
Así dicen; y no andar bien de la cabeza es tener celos infundados de un marido intachable, es el enfadarse sin causa, es hacer del hogar una molestia continuada, etc., etc. El hombre pues, está ya liberado.
La mujer en cambio se casa con un hombre sano, del cual puede hasta tener certificados médicos, no tiene tuberculosis ni enfermedades venéreas, sus hijos, pues, serán saludables. Creo además, por habérselo oído a médicos alienistas, que la «paranoia» suele estar oculta en la infancia y en la primera juventud y desarrollarse generalmente cuando las preocupaciones y cargas de la vida se acentúan y pesan sobre el cerebro… es decir, cuando después de casados, y aún después de la primera época, el nacimiento de los hijos y su sostenimiento y educación empiezan a levantar en el predestinado a la locura las aún dormidas preocupaciones.
¿Cómo va un médico que examina la sangre y el pulmón de un hombre a saber que en no lejano día el negro sadismo se levantará cruel y silencioso entre las sombras de la alcoba nupcial?
¿Cómo puede el médico adivinar las torturas a que la infeliz esposa va a verse sujeta? ¿Cómo la verán sus ojos de doctor y humanista con los dedos retorcidos y la garganta doblada bajo las presiones y las mordidas que han de dar al sádico el esperado goce?
Las infinitas crueldades que un enfermo del cerebro puede desarrollar en el matrimonio sólo puede concebirlas la mente más exaltada, los celos más insospechados, las manías más torturantes, los insomnios más tétricos, las bajezas más bochornosas…
Y eso, todo eso que parece ha de ser causa de divorcio, no lo es ni puede serlo, puesto que el Código aprecia como motivo de divorcio aquellos golpes de naturaleza tal que pudieran haber causado la muerte, y una cantidad de testigos que no sean de la familia, ni sirvientes, sino personas de fuera de la casa que hayan presenciado los hechos. De manera que todas las violencias, las torturas y los horrores incontables por asquerosos o brutales que contra su esposa pueden ocurrírsele a un paranoico, no son nada ante las leyes; tiene que esperar que le peguen un tiro… (y no la acierten) para que los jueces piensen que si le acierta… ¡se hubiese quedado en el sitio! Y por lo que se refiere a los testigos, desde luego comprenderéis lo imposible de que ciertos martirios, generalmente de alcoba y nocturnos, tengan testigos, por que no es costumbre que los amigos estén en la habitación a esas horas, y si la esposa grita, ya tendrá cuidado de no volver a hacerlo porque el marido lo impedirá, del modo que pueda, pero lo impedirá.
Además, todo el ambiente que ayudó al esposo de la enferma, al recluirla en un manicomio, o enviarla con su familia, quedándose él con sus hijos, ambiente que le harán también las mujeres que se pondrán de parte del marido, le faltará seguramente a la esposa al tratar de hacer lo mismo. Por regla general, pocas veces llega al público el verdadero aspecto de la horrible verdad.
Un señor discutidor, suspicaz, dispuesto a agriar las conversaciones con frases molestas y hasta llegando alguna vez a una agresión, no es para los ojos de los extraños más que un hombre de mal carácter, o tal vez cuando más «un señor raro»; pero esas gentes ven las cosas de lejos, no saben los disimulos, las suspicacias y los engaños con que esos hombres que no son raros, sino sencillamente enfermos, llegan a ocultar al público completamente las espantosas negruras de su hogar.
Esa locura engañadora, que lleva generalmente al que la padece a ver en los demás maldad y refinada malicia, desprestigia a la esposa del loco, por regla general, y a las iras de éste se les llamará «mal carácter», y a su sadismo exageraciones de la esposa que comprende mal las expansiones de un apasionado, y a sus celos les llamarán «exceso de amor», si es que no —¡lo que desgraciadamente ocurre!—, se vuelve la opinión en contra de la esposa, y dicen que algo habrá en ella cuando él la cela.
¿Qué ayuda puede darnos la justicia? Ninguna; porque la locura por sí no es causa de divorcio. […] 


Epitafio de la tumba de Mercedes Pinto

“Mercedes Pinto vive en el viento de la tempestad,
con el corazón frente al aire, enérgicamente sola.
Urgentemente viva, segura de aciertos e invocaciones
temible y amable en su trágica vestidura de llamas.”
Pablo Neruda



¿QUIÉN MATÓ AL AMOR?

Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en el que el odio que es el rey de los malos sentimientos los defectos y las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos ellos. 
Todos los sentimientos negros del mundo y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cual era el propósito.

Cuando estuvieron todos habló el Odio y dijo "Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien". Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el odio el que estaba hablando y el siempre quiere matar a alguien, sin embargo todos se preguntaban entre si, quién seria tan difícil de matar para que el odio los necesitara a todos.

¡Quiero que maten al Amor! dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más 
de uno le tenía ganas.
El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: "Yo iré, y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará".
Al cabo de un año se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron muy decepcionados. "Lo siento, lo intenté todo pero cada vez que yo sembraba una discordia el amor la superaba y salía adelante".
Fue cuando muy diligente se ofreció la Ambición que haciendo alarde de su poder dijo: En vista de que el Mal Carácter fracasó, iré yo. Desviare la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y por el poder, eso nunca lo ignorará".
Y empezó la Ambición el ataque hacia su victima, quién efectivamente cayó herida, pero después de luchar por salir adelante, renunció a todo deseo desbordado de poder y triunfó de nuevo.
Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición envió a los celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas, situaciones para despistar al Amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.
Pero el Amor confundido lloró, y pensó que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.

Año tras año, el odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envió a la Frialdad, al Egoísmo, a la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que fracasaron siempre, porque cuando el Amor se sentía desfallecer 
tomaba de nuevo fuerza y todo lo superaba.

El Odio convencido de que el Amor era invencible les dijo a los demás: "Nada que hacer.

El Amor ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos".
De pronto, de un rincón del salón se levantó un sentimiento poco conocido y que vestía todo de negro con un sombrero gigante que caía sobre su rostro y no lo dejaba ver, su aspecto era fúnebre como el de la muerte: "Yo mataré al Amor" dijo con seguridad. Todos se preguntaron quién era ese que pretendía hacer solo, lo que ninguno había podido. El Odio dijo "ve y hazlo".
Tan solo había pasado algún tiempo cuando el odio volvió a llamar a todos los malos sentimientos para comunicarles después de mucho esperar que por fin EL AMOR HABIA MUERTO.
Todos estaban felices pero sorprendidos. Entonces el sentimiento del sombrero negro hablo: "Ahí les entrego al Amor, totalmente muerto y destrozado" y sin decir más se marchó.

¡Espera! dijo el Odio, en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir. ¿Quien eres? El sentimiento levantó por primera vez su horrible rostro y dijo SOY LA RUTINA.