"LOS CUATRO ACUERDOS"


Los cuatro acuerdos 

Es un ensayo de la soteriología tolteca escrito por el médico mexicano Miguel Ruiz que está basado en la sabiduría de los antiguos toltecas. Relata la cosmovisión que debería tener un ser humano para estar en equilibrio personal, teatral, diferencial, emocional, mental y social.

Para lograrlo se debe, en primer lugar, entender que todos los humanos tienen un complejo sistema de creencias (cosmovisión) o paradigma, adquirido por influencia social, familiar, educacional, y que con frecuencia dichas creencias adquiridas los perturban mental y emocionalmente, creando infelicidad; en segundo lugar, aprender que se puede modificar el sistema de creencias para conseguir el anhelado equilibrio interior que lleva a la felicidad. Para lograrlo, se pueden poner en práctica los cuatro acuerdos (4 dogmas), que son los siguientes:


  • "Sé impecable con tus palabras"
  • "No te tomes nada personalmente"
  • "No hagas suposiciones"
  • "Haz siempre lo máximo que puedas"
Romper nuestros acuerdos basados en las creencias y los dogmas que vamos adquiriendo a lo largo de nuestras vidas, es posible a base de recapitulación, no sólo de los efectos de nuestras emociones negativas igualmente las emociones positivas desbordadas deben ser eliminadas de nuestro sistema de creencias; dejar el ego y comenzar a ser cada vez más nosotros mismos. Ello nos puede conducir a un camino más sensato, libre y dictado por el corazón. «No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento»


La domesticación y el sueño del planeta 

• Lo que vemos y escuchamos no es más que un sueño, soñamos 24 horas al día. La función principal de nuestra mente es soñar. Al estar despierto soñamos dentro del marco lineal de realidad en el que estamos, al soñar el marco es más variable y tiende a cambiar constantemente. 
• La suma de los sueños individuales de cada uno conforman el sueño de una familia, un barrio, un país, y todo el planeta. De esta manera el sueño del planeta está formado por todas las creencias, religiones, leyes, culturas, gobiernos, escuelas, celebraciones, ritos, etc., de todas las sociedades que pueblan el planeta.
• Aprendemos a través de nuestra atención, concentrándonos en aquellos nos interesa percibir. De esta manera nuestros adultos captaron nuestra atención para transmitirnos todas las creencias, lo que es bueno y lo que no lo es, lo bello y lo feo, lo correcto y lo incorrecto; es decir todo un sueño externo a nosotros que capta nuestra atención y si estamos de acuerdo creemos en ese sueño.
• De niño creemos todo lo que dicen los adultos ya que al no tener la fortaleza suficiente, estamos de acuerdo con todo lo que nos dicen, y de esta manera somos “domesticados”.
La domesticación consiste en traspasar la información del sueño externo (sueño del
planeta) al sueño interno (sueño personal), lo cual crea todo nuestro sistema de creencias.
De esta manera aprendemos a juzgar a otros y a nosotros mismos basándonos en ese
sistema de creencias que nos indica como es todo, que es lo que está bien y lo que está mal y medimos la realidad en base a ese sistema de creencias.
• Si un adulto nos decía que algo estaba bien nos sentíamos bien y cuando nos decía que estaba mal nos sentíamos mal, con el tiempo empezamos a tener miedo a ser castigados si hacíamos algo mal. En este proceso de domesticación perdimos nuestras tendencias naturales. Con el tiempo ya no necesitamos más que alguien nos domestique, nos autodomesticamos, somos nuestros propios domadores.
• Nuestro sistema de creencias es como el Libro de la Ley que gobierna nuestra mente y no es cuestionable y basamos todos nuestros juicios en él. Esa ley dirige nuestro sueño.
Nuestro juez interior juzga todo en base a esa ley.
• Cualquier cosa que hagamos en contra del Libro de la Ley nos produce MIEDO, creamos veneno emocional.
• Cualquier cosa que hagamos que vaya en contra del libro de la ley nos hace sentir
inseguros.
• El 95 por ciento de las creencias que hemos almacenado en nuestra mente son mentiras y sufrimos porque creemos en todas esas mentiras.
• El sueño del planeta es un sueño lleno de miedo, violencia, injusticia.
• La sociedad está gobernada por el miedo.
• No vemos la Verdad porque estamos ciegos por ese miedo.
• Nuestra mente es una bruma que los toltecas llamaron MITOTE: un sueño en el que miles de personas hablan a la vez y nadie comprende a nadie.
• Debido a ese gran Mitote nos resulta imposible ver que somos libres.
• Creamos una imagen de cómo deberíamos ser para que los demás nos aceptaran, de
sentirnos lo suficientemente buenos.
• Como no somos perfectos, nos rechazamos a nosotros mismos y de la misma manera
juzgamos a los demás.
• Nuestra manera de juzgarnos es la peor que existe.
• Si cometemos un error delante de los demás, intentamos negarlo y taparlo, pero tan pronto como estamos solos, el Juez se vuelve tan tenaz y el reproche es tan fuerte, que nos sentimos estúpidos, inútiles o indignos.
• Nadie, en toda tu vida te ha maltratado más que tú mismo.
• Si te castigas en forma exagerada, es posible que llegues a tolerar a alguien que te agreda físicamente, te humille y te trate como si fueras basura, piensas que te lo mereces y que no eres digno de amor ni de respeto.
• Nuestra imagen de perfección es la razón por la cual nos rechazamos y no nos aceptamos tal como somos ni aceptamos a los otros tal como son.



El preludio de un nuevo sueño
• Hemos establecido miles de acuerdos con nosotros mismos, con otras personas, con Dios, con la sociedad, etc.
• Los acuerdos más importantes son los que hacemos con nosotros mismos.
• Tenemos muchos acuerdos que nos hacen sufrir y nos hacen fracasar.
• Es necesario romper con esos acuerdos que nos hacen mal pues se basan en el miedo y reemplazarlos por acuerdos que surjan del amor.
• Los acuerdos que surgen del miedo nos quitan energía, mientras los que surgen el amor conservan nuestra energía.
• Gastamos mucha energía en mantener los acuerdos que hemos hecho y eso nos genera impotencia.
• Los cuatro acuerdos que siguen nos ayudan a romper con esos acuerdos basados en el miedo que consumen nuestra energía y nos hacen vivir en el Infierno.


PRIMER ACUERDO

“SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS” 

“Si eres impecable con tus palabras solo podrás engendrar belleza, amor y el Cielo en la Tierra”.

• Las palabras nos dan poder para crear.
• Las palabras son Intención en acción y pueden crear o destruir todo lo que te rodea.
• La mente humana es un campo fértil en el que constantemente se están sembrando
palabras, ideas, creencias, conceptos, opiniones. En ese terreno esas semillas crecen y producen consecuencias propias a su naturaleza. El miedo es también una semilla que abunda en ese terreno.
• Prepara el terreno de tu mente para que solo puedan crecer aquellas semillas que te hagan bien.
• Con las palabras podemos hechizarnos a nosotros mismos y a otros y producir con ello consecuencias muy graves.
• Impecabilidad significa sin pecado y pecado es hacer algo en contra de uno mismo.
• Al ser impecables asumimos la responsabilidad de nuestros actos sin culparnos ni
juzgarnos.
• Ser impecable con las palabras implica no utilizarlas en contra de uno mismo, es utilizar nuestra energía en la dirección de la verdad y del amor por uno mismo, sabiendo que el otro también soy yo.
• Al ser impecables con nuestras palabras podremos ser libres, felices y trascender al nivel de la existencia del caos. Podremos vivir en el Cielo en medio de miles de personas que viven en el Infierno porque seremos inmunes a ese Infierno.


SEGUNDO ACUERDO 

“NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE”

• La importancia personal, esto es, tomarse todo personalmente, es la expresión máxima del egoísmo pues implica la creencia de que todo gira a nuestro alrededor.
• Todos vivimos en nuestro propio sueño, en nuestra propia mente
• Lo que cada persona hace y dice responde a los acuerdos que ha establecido en su propia mente, los que ha establecido conforme a su domesticación.
• Si le decimos a otro: -Eres un tonto, nos estamos refiriendo a nosotros mismos, pues lo estamos diciendo basándonos en nuestras creencias, conceptos y opiniones.
• Tomarnos personalmente algo que otros nos dice implica tomarnos su veneno, su mala vibración y de esa manera nos convertimos en presa de esa opinión.
• Si evitamos tomarnos personalmente las opiniones ajenas nos hacemos inmunes a ese veneno.
• Al tomarnos personalmente las cosas, sentimos que nos agreden y reaccionamos para defendernos generando conflictos. Sentimos la necesidad de tener razón.
• Digámonos: “lo que pienses de mi no es importante para mí y no me lo tomo
personalmente”.
• Si nos enfadamos con otros en realidad nos estamos enfadando con nosotros mismos ya que el enojo obedece a una reacción que proviene de nuestro propio sistema de creencias.
• Nos enfadamos porque tenemos miedo, porque nos enfrentamos a nuestro miedo.
• Si no tenemos miedo, si amamos, no hay lugar para el enfado.
• Amamos todo lo que nos rodea cuando nos amamos a nosotros mismos, cuando logramos superar el miedo y en consecuencia el enfado.
• Para elegir correctamente, más que confiar en los demás, es necesario confiar en uno mismo.
• Al no tomar nada personalmente podemos empezar a romper muchos pequeños acuerdos internos que nos hacen sufrir.
• Si elegimos seguir nuestro corazón sin tomarnos nada personalmente, aunque estemos en medio del caos, experimentaremos felicidad y paz interior, permaneceremos en un estado de dicha.


TERCER ACUERDO

“NO HAGAS SUPOSICIONES”

• Tendemos a hacer suposiciones sobre todo, nos lo tomamos personalmente y creemos que esas suposiciones son ciertas.
• Todo nuestro sueño del Infierno se basa en suposiciones
• A partir de nuestras suposiciones empezamos a hacer comentarios a otros, a chismorrear. De esa manera nos mandamos veneno de unos a otros.
• Hacemos suposiciones que no son ciertas y luego las defendemos y queremos tener razón.
• Vemos y oímos lo que queremos y no percibimos las cosas tal como son. Si no
entendemos algo hacemos suposiciones sobre suposiciones.
• Si alguien nos sonríe suponemos: “realmente le gusto”, sin clarificar lo que la otra persona siente.
• Suponemos que los demás saben lo que pensamos y por lo cual no es necesario que
expresemos lo que queremos.
• Necesitamos justificarlo todo para sentirnos seguro y al no saber algo lo suponemos
porque no tenemos el valor de preguntar.
• Hacemos esto porque realizamos acuerdos internos para actuar de esa manera.
Acordamos que hacer preguntas es peligroso y que aquellos que queremos tienen que saber lo que queremos y como nos sentimos.
• Creemos que al amar a alguien lo vamos a poder cambiar a nuestro gusto y nos mentimos a nosotros mismos.
• Para evitar las suposiciones debemos preguntar, estar seguros de que las cosas nos
quedan claras.
• Con una comunicación clara las relaciones mejoran.
• Si somos claros, nuestras palabras se tornan impecables.
• Es necesario actuar para que las cosas cambien, la acción fortalece la voluntad, nutre la nueva semilla y establece una base sólida para que el nuevo hábito se desarrolle.
• Cuando transformamos nuestro sueño, la magia aparece en nuestra vida, lo que
necesitamos llega con facilidad porque sabemos lo que queremos y somos.



CUARTO ACUERDO

“HAZ SIEMPRE TU MÁXIMO ESFUERZO” 

Este acuerdo permite que los otros tres se conviertan en hábito.
• Lo máximo que podamos hacer cambia de un momento a otro según nuestro estado.
• Independientemente de ello se trata de hacer siempre el máximo esfuerzo.
• Si nos sobreexigimos, nos agotaremos y si hacemos menos de lo que podemos nos
sometemos a nuestros juicios, culpas y reproches por no haber hecho más.
• Al hacer siempre el máximo esfuerzo desaparecerán los reproches que nos hacemos a nosotros mismos, romperemos ese hechizo.
• Es la acción lo que nos hará sentir felices.
• Hacer el máximo esfuerzo implica actuar por amor, no por recompensa.
• La mayoría de la gente actúa por la recompensa que espera recibir, por eso no hacen el máximo esfuerzo.
• Si nos gusta lo que hacemos, si siempre hacemos el máximo esfuerzo, disfrutamos de lo que hacemos y nos sentimos felices por ello.
• Al hacer el máximo esfuerzo disfrutamos lo que hacemos. Hacemos el máximo esfuerzo porque nos gusta hacerlo, no lo hacemos por complacer a nuestro Juez interno ni a los demás.
• Si emprendemos una acción por obligación, no haremos el máximo esfuerzo. 
• La acción es vivir con plenitud, la inacción es una forma de negar la vida.
• Expresar lo que somos es emprender la acción.
• Una idea si no se lleva a cabo no producirá ninguna manifestación, ni resultados, ni
recompensas.
• Emprender la acción es estar vivo, es arriesgarse a salir y expresar nuestro Sueño.
• Sea lo que sea lo que la vida te arrebate, deja que se vaya, cuanto te entregas y dejas ir el pasado te permites estar vivo en el presente, podrás disfrutar del sueño que sucede ahora mismo.
• Si vives en un sueño del pasado, jamás podrás disfrutar el sueño del presente y vivirás a medias con autocompasión, sufrimiento y lágrimas.
• Tienes derecho a ser tu mismo y solo puedes serlo cuando haces tu máximo esfuerzo, cuando no lo haces te niegas ese derecho.
• Los tres primeros acuerdos funcionan si hacemos el máximo esfuerzo.
• No esperes ser siempre impecable con tus palabras, solo haz tu máximo esfuerzo por cumplirlo
• No esperes no volver nunca más a tomarte las cosas personalmente, solo haz tu máximo esfuerzo.
• No esperes no hacer nunca más ninguna suposición, solo haz tu máximo esfuerzo.
• Si haces el máximo esfuerzo siempre, serán menos frecuentes los desaciertos.


Resumen del libro Los Cuatro Acuerdos escrito por el Dr. Miguel Ruiz


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