ME DECLARO VIVO


“Saboreo cada acto.
Antes cuidaba que los demás no hablaran mal de mí, 
entonces me portaba como los demás querían 
y mi conciencia me censuraba.
Menos mal que a pesar de mí esforzada buena educación 
siempre había alguien difamándome.
¡Cuánto agradezco a esa gente que me enseñó 
que la vida no es un escenario!
Desde entonces me atreví a ser como soy!

Tengo amigos de todas las religiones; conozco gente extraña: 
vegetarianos que devoran al prójimo con su intolerancia, 
personas que caminan con un cartel que dicen: "Yo se más que tu";
médicos que están peor que sus pacientes, 
gente millonaria pero infeliz, seres que se pasan el día quejándose, 
que se reúnen los domingos para quejarse por turnos, 
gente que ha hecho de la estupidez su manera de vivir.

El árbol anciano me enseñó que todos somos lo mismo. 
La montaña es mi punto de referencia: 
ser invulnerable, que cada uno diga lo que quiera,
yo sigo caminando imparable, 
soy guerrero: 
mi espada es el amor, 
mi escudo el humor,
mi hogar la coherencia, 
mi texto la libertad, 
y si mi felicidad resulta insoportable, 
discúlpenme, no hice de la cordura mi opción, 
prefiero la imaginación a lo indio, 
es decir inocencia incluida.
Quizás solamente teníamos que ser humanos. 

El que tú no veas los átomos, no significa que no existan. 
Por eso es muy importante que sea el Amor lo único que inspire tus actos. 
Sin Amor nada tiene sentido, sin Amor estamos perdidos, 
sin Amor corremos el riesgo de estar de nuevo transitando de espaldas a la luz.

En realidad, sólo hablo para recordarte la importancia del silencio. 
Anhelo que descubras el mensaje que se encuentra detrás de las palabras; 
no soy un sabio, sólo un enamorado de la vida.
El silencio es la clave, la simplicidad es la puerta que deja fuera a los imbéciles.

La educación oficial te prepara para que seas tu propia interferencia.
Es interesante ver cómo los programas educativos 
eligen cuidadosamente todo lo esencial para descartarlo; 
así, no se enseña a vivir ni a morir, a amar ni a reír.
La gente feliz no es rentable, con lucidez no hay necesidades innecesarias.

No es suficiente querer despertar, sino Despertar. 
La mejor forma de despertar es hacerlo sin preocuparse 
porque nuestros actos incomoden a quienes duermen al lado.

Recuerda que el deseo de hacerlo bien será una interferencia; 
es más importante amar lo que hacemos y disfrutar de todo el trayecto; 
la meta no existe, el camino y la meta son lo mismo, 
no tenemos que correr hacia ninguna parte, 
sólo saber dar cada paso plenamente.

No, no te resistas, ríndete a la vida, 
quien acepta lo que es y se habilita para hacer lo que puede, 
entonces se encarnan las utopías y lo imposible se pone a disposición. 

La mejor manera de ser feliz es: "ser feliz"; 
reconstruye tu raíz y saborea la vida; 
somos como peces de mares profundos, 
si salimos a la superficie reventamos.

Cuando somos más grandes que lo que hacemos,
nada puede desequilibrarnos.
Pero cuando permitimos que las cosas sean más grandes que nosotros,
nuestro desequilibrio está garantizado.

El corazón está en emergencia por falta de amor, 
hay que volver a conquistar la vida, 
enamorarnos otra vez de ella; 
nuestro potencial interior aflora espontáneamente
cuando nos dejamos en paz.

Quizá sólo seamos agua fluyendo; 
el camino nos lo tenemos que hacer nosotros, 
más no permitas que el cauce esclavice al río, 
no sea que en vez de un camino tengas una cárcel.

La infelicidad no es un problema técnico, 
es el resultado de haber tomado el camino equivocado.

Amo mi locura que me vacuna contra la estupidez, 
amo el amor que me inmuniza ante la infelicidad 
que pulula por doquier, infectando almas y atrofiando corazones.

El amor es, a nivel sutil, la esencia de nuestra instancia inmunológica. 
Sin amor, el síndrome de inmunodeficiencia 
será adquirido inevitablemente y ello es mortal.

Desde mi corazón indígena sospecho que ser infeliz es una evasión.
¡Cuán fácil es hacer tonterías en este mundo moderno!
Sospecho que el hombre empezó a equivocarse hace mucho tiempo, 
es decir que ya es tiempo de rectificar la marcha, 
y reorientando el paso, retomar la sagrada senda del sol.

No es posible llegar a nuestro sitio sin trascender el egoísmo; 
no es posible acceder a la vida plena 
sin haberse purgado previamente de miedos y temores.

La gente está tan acostumbrada a complicarse, 
que rechaza de antemano la simplicidad;
la gente está tan acostumbrada a ser infeliz, 
que la sensación de felicidad les resulta sospechosa; 
la gente está tan reprimida, que la espontánea ternura le incomoda 
y el amor le inspira desconfianza.
Hay cosas que son muy razonables y… apestan.

Ya no podemos perder el tiempo en seguir aprendiendo técnicas espirituales 
cuando aún estamos vacíos de amor.
...Quienes no están preparados para escuchar 
tienen la recompensa de no enterarse de nada.

Disfruta de lo que tienes, recibe lo que venga, 
crea e inventa lo que necesites, haz solo lo que puedas, 
y fundamentalmente celebra lo que tengas.

La vida es un canto a la belleza, una convocatoria a la transparencia, 
cuando esto lo descubras desde la vivencia, el viento volverá a ser tu amigo, 
el árbol se tornará en maestro y el amanecer en ritual, 
la noche se vestirá de colores, las estrellas hablarán el idioma del corazón 
y el espíritu de la tierra reposará otra vez tranquilo.

No importa lo que digan de ti… 
Lo que los demás esperan de ti 
pueden convertirte en una cárcel; 
digan lo que digan de mí 
yo soy el que soy y me declaro vivo".



Del libro, “Me declaro Vivo” Por: Luis Espinoza (Chamalú)
Precioso escrito de Luis Espinoza que a mi me maravilla y deseaba compartir. Son palabras sangrantes, con el corazón abierto de par en par. Sin tapujos, ni mentiras e hipocresía.
De alguien que ama la verdad, ama la vida y se declara vivo. De sentimientos limpios, de un corazón grande y a la vez con la humildad de saberlo reflejar en esta letras.
¡Admirable! 



EL LEÑADOR


Había una vez un terrateniente que era dueño de un gran bosque en el que quería talar muchos árboles. 
Buscaba un leñador eficaz y convocó un concurso. 
Se presentaron todos los leñadores de la región porque pagaba muy bien. 
Allí fue nuestro protagonista, hombre serio, responsable, muy trabajador y con gran experiencia. Ganó el concurso, le contrataron y comenzó a trabajar. 
El primer día cortó cien árboles y regresó muy contento a su casa. 
Pero el segundo día solo pudo cortar ochenta, pese a que tenían la misma dificultad que los del día anterior. 
Para quedar bien con el terrateniente, el tercer día madrugó más y se puso a cortar árboles desde el amanecer hasta el anochecer; sin embargo solo pudo cortar cincuenta. Ante la impotencia de nuestro leñador, las cosas fueron empeorando según pasaba los días: se levantaba antes de que amaneciera, se acostaba ya anochecido y se esforzaba al máximo, pero cada vez cortaba menos árboles. 

Por fin decidió hablar con el terrateniente y todo compungido le explicó la situación: “Mire, estará viendo que me esfuerzo más y más, pero no sé lo que pasa que cada vez corto menos árboles. Estoy desesperado, pero ya no puedo más, no descanso, no paro, casi no duermo, pero no puedo cortar más árboles”. 

Ante esto su jefe le dijo: “Vengo observando tus dificultades y veo tus esfuerzos para resolverlas, me he dado cuenta de que no descansas ni un segundo, pero ¿te has parado a afilar tu hacha? 

Aprendemos que: Hoy día todos necesitamos nuestra mente para trabajar: es nuestra principal herramienta y necesitamos afilarla. ¿Dedicamos suficiente tiempo al cuidado de nuestra mente? 





GUÍA PARA EVITAR DISCUSIONES DE PAREJA


"Terapia de parejas"

Cuando uno no quiere, dos no se pelean. Eres responsable, en parte, del comportamiento de tu pareja y puedes influir en él.
Si no deseas tener una discusión, puedes evitarla.

Veamos dos estrategias a seguir cuando tu pareja hace algo que te molesta seriamente.
Puedes intentar preferentemente la 1ª y, cuando no de resultado, la 2ª.
  1. Relajación. Contar hasta 10 antes de contestar y pensar en lo que vas a decir. Después exprésale como te sientes y señala como te gustaría que se comportase.
  2. Relajación. Contar hasta 10 antes de contestar y pensar en lo que vas a decir o hacer. Después usar el tiempo fuera diciéndole "me voy hasta que estés (o estemos) más tranquilos". 
No puedes no-comunicarte, siempre estamos comunicando algo con nuestra conducta. Por ejemplo, si llegas a casa y sin saludar te sientas a leer, estás comunicando enfado, indiferencia,...
Hay que cuidar la comunicación no-verbal tanto o más que la verbal.

Recuerda que la buena comunicación es aquella que permite que el otro perciba lo que queremos comunicarle.

Especifica lo que te gusta y lo que te desagrada de la conducta de tu pareja, poniendo el énfasis en lo que te agrada. Pon ejemplos concretos.

Haz peticiones pero no exijas. Las peticiones muestran respeto por el otro y así es más fácil que el otro quiera colaborar.

Haz preguntas y sugerencias, no acusaciones. Las acusaciones ponen a la gente a la defensiva y raramente ayudan a encontrar soluciones.

No adivines el pensamiento al otro, es mejor que le preguntes.

Habla de su comportamiento, no de lo que es. El objetivo es cambiar conductas y poner etiquetas negativas dificulta la comunicación. Céntrate en el tema del que estáis tratando.

Plantea problemas, no lo acumules; porque si no los vas afrontando, el resentimiento te hará explotar en el momento menos oportuno.

Escucha al otro cuando habla. No lo interrumpas.

Acepta tus fallos o tus responsabilidades. No presentes contraquejas cuando te las planteen. Recuerda que tienes derecho a cometer errores o a tener limitaciones.

Ofrece soluciones. Trata de llegar a un acuerdo.

Pregunta al otro qué ha entendido, por si fuese necesario explicar con más claridad.

Haz ver al otro que le has entendido, resumiendo a tu manera el contenido de sus mensajes y peticiones.

Evita: hacer críticas o comentarios negativos y utilizar el sarcasmo o la ironía.

Pregúntale qué puedes hacer para mejorar las cosas.

Expresa tus satisfacción por las cosas que ha hecho tu pareja, que te agradan.

Interésate por sus actividades

Céntrate en lo actual y no saques a relucir cosas pasadas.

Busca un ambiente facilitador y apropiado para hablar de cosas que suelen ser conflictivas, con tranquilidad e intimidad; con bebida, música,...

Sorprende a tu pareja de vez en cuando con algo agradable, comprándole algo que le guste, etc.

No te sientas obligado a contarle todo. No le digas verdades que pueden hacerle daño sobre cosas que ya no pueden cambiarse y que se sentirá mejor si las ignora.




DEL LIBRO DE COSTA Y SERRAT "TERAPIA DE PAREJAS"


COMO GANAR AMIGOS E INFLUIR EN LOS DEMÁS (3ª PARTE)


21- DRAMATIZA TUS IDEAS

Si queremos ser persuasivos, muchas veces no basta con decir una verdad ni con apelar a la razón. Hay que hacer nuestro mensaje vívido y dramático, como los anuncios publicitarios, para captar la atención y las emociones de nuestro interlocutor.


22- CUANDO NINGUNA OTRA COSA TE DÉ RESULTADO, LANZA UN DESAFÍO


Se trata de estimular en la otra persona su deseo de superarse. Por ejemplo, puedes decirle "¿vas a ser un cobarde ahora, tú que siempre has sido tan valiente?" y, a continuación, puedes enumerar comportamientos suyos que demuestran la actitud positiva que quieres promover en él.

Ten en cuenta que lo que más gusta a las personas que triunfan es la oportunidad de expresarse, de demostrar lo que valen, de destacar, de satisfacer su deseo de sobresalir, y de sentirse importantes.


23- SI TIENES QUE PEDIR A OTRO QUE CAMBIE EN ALGO...


Cuando intentes que otra persona cambien en algo, conviene que sigas estas pautas:



  •   Empieza con algún halago. Igual que el barbero enjabona la cara antes de afeitar, conviene que tu comiences con elogios y con una honrada apreciación de las buenas cualidades del otro.
  • Llama indirectamente la atención sobre sus errores. Por ejemplo: ante un escrito demasiado literario, puedes decirle "sería excelente para publicarlo". O si tu empleado no hace bien una tarea, puedes hacerla tú delante de él para que se dé cuenta.
  • Si tienes que corregir a alguien, no le digas nunca "es horrible", dile "es mejorable".
  • Llama primero la atención sobre tus propios errores. Por ejemplo, puedes decirle "yo he cometido tantos errores que me cuesta decírtelo, pero ¿no crees que sería mejor hacer esto de tal manera...?" (No es tan difícil escuchar tus defectos si quien los enumera empieza admitiendo los suyos). Si lo olvidas, cuando el otro responda molesto, enumera entonces sus virtudes y tus déficits (en comparación con él). Habla de tus propios errores antes de señalar los de tu interlocutor. 
  • A nadie le agrada recibir ordenes. En lugar de eso haz preguntas, por ejemplo, ¿no sería mejor hacer que...? ¿quizás sería mejor si cambiamos...?
  • Deja que el otro salve su prestigio. No hieras su autoestima. Comprende su actitud. Busca detenidamente lo que haya de positivo, de justo y de cierto en cada persona y elógialo y destácalo.
Cuando queremos cambiar el comportamiento es mejor elogiar en vez de censurar, de esa manera está más receptivo y se siente que aunque falle se le está reconociendo sus demás cualidades. 

Elogia hasta la menor mejora; eso hará que el otro quiera seguir mejorando. Si llegas a ayudar, a aquellos con quienes estés en contacto, a que se den cuenta de las valiosas cualidades que poseen, conseguirás transformarlos.

En comparación a lo que deberíamos ser, sólo estamos despiertos a medias; sólo usamos una parte muy pequeña de nuestros recursos físicos y mentales. En general, el ser humano vive así muy dentro de los límites que él mismo se crea. Posee muchos poderes que habitualmente no usa.

Uno de esos poderes, que tú posees y no usas bastante es el de la "magia" del elogio. Elogia hasta el menor progreso y elogia todos los progresos. Sé caluroso en tu aprobación y abundante en el elogio. Esto tiene que ver con las "profecías autocumplidas". Si atribuyes al otro una buena reputación, eso facilitará que él tienda a adaptarse a ese rol. Shakespeare dijo "si no tienes una virtud asúmela, actúa como si la tuvieses". Lo mismo ocurre en nuestras relaciones con los demás "afirma abiertamente que la otra persona tiene aquella virtud que quieres desarrollar en ella y, muchas veces, le verás hacer esfuerzos prodigiosos para no desmentirlo". Por ejemplo, si una chica muy fea encuentra un enamorado que la ve guapa y se lo expresa así, ella puede empezar a cuidarse más, hasta llegar a verse realmente con mucho mejor aspecto.


24- HAZ QUE LOS DEFECTOS PAREZCAN FÁCILES DE CORREGIR

Por ejemplo: un hombre que bailaba muy mal decidió aprender. Su primera profesora le dijo "lo hacer fatal, tienes que olvidar lo que sabes y aprender de nuevo". Como era de esperar, este hombre dejó el baile. En cambio, si otra profesora le dice "en lo fundamental bailas bien y puedes aprender a hacerlo mejor; tienes un sentido natural del ritmo, eres un bailarín nato, etc.", es fácil que este hombre piense "se que no soy un buen bailarín pero, en el fondo, me gusta pensar que quizás la profesora tenía razón". Sabe que la profesora puede hablarle así por agradarle y por ganar dinero, pero ¿por qué recordarlo? Y, de este modo, puede aprender a bailar mucho mejor, porque su profesora le ha dado confianza en sí mismo, y así le hace desear aprender.

Hay que hacer que las cosas parezcan fáciles de hacer. Dar a entender al otro que tenemos fe en su capacidad para hacerlas, porque así lo motivaremos para practicar constantemente a fin de superarse.


25- PROCURA QUE LOS DEMÁS SE SIENTAN FELICES AL HACER LO QUE TU QUIERES

Un mecánico cuidaba noche y día el buen funcionamiento de una gran cantidad de máquinas. No hacía más que quejarse de que su horario era excesivo, que había demasiado trabajo, que necesitaba un ayudante... Le pusieron una oficina privada con su nombre en la puerta, y con el letrero "Gerente del Departamento de Servicio". Desde ese momento dejó de protestar y hacía gustoso su trabajo sintiéndose muy bien. Tenía mayor dignidad y sentido de su importancia. ¿Te parece infantil? Lo mismo dijeron de Napoleón cuando creó su Legión de Honor y distribuyó 1500 cruces y ascendió a 18 de sus generales a "Mariscales de Francia" y llamó a sus tropas el "Gran ejército". Lo criticaron por darles "juguetes" y él respondió "los hombres son manejados por los juguetes". Veamos otro ejemplo, cuando los niños tienden a hacer algo peligros o indebido en el recreo de un colegio, si su profesor nombra cuidadores a los más "gamberros" éstos evitarán que los otros incumplan las normas (de paso que ellos mismo se afanan en cumplirlas). Pero, si el profesor intenta que hagan eso mismo, con ruegos o amenazas, es mucho más difícil que lo consiga.

*Se llama profecía autocumplida a la tendencia a que las emociones y conductas de una persona tiendan a adecuarse a lo que él mismo o los demás esperan de él. 


26- RELACIONES DE PAREJA

No regañar. Regañando no harás cambiar al otro; sólo producirás odio, resentimiento, y alejamiento. No hay que inmiscuirse en los modos particulares de ser feliz del otro, siempre que esos modos no pretendan inmiscuirse con violencia en los tuyos.

El buen éxito en la relación de pareja no consiste solo en encontrar la persona adecuada. Es necesario también ser la persona debida. 

No trates de cambiar la forma de ser de tu cónyuge. No le critiques. Alimenta su autoestima demostrándole aprecio y devoción. Pon atención en los pequeños detalles. Lo trivial entra en el fondo de casi todos los casos de infelicidad matrimonial. La actitud más conveniente es pensar "sólo viviré este momento una vez. Por tanto, todo el bien que pueda hacer, todo lo positivo que pueda aportar a esta persona, ha de ser ahora. No he de diferirlo ni descuidarlo, porque nunca volverá a repetir esta circunstancia".

La grosería es la enfermedad que acaba con el cariño, pero solemos ser más corteses con los extraños que con los nuestros. Sólo a los miembros de nuestra familia, que son las personas más cercanas e importantes para nosotros, se nos ocurre insultarlas por sus defectos triviales. Las únicas personas que suelen decirnos cosas mezquinas, insultantes, e hirientes son las de nuestras casas. La cortesía es "la cualidad que pasa por alto la verja rota y llama la atención hacia las flores que crecen dentro" y es tan importante para una relación de pareja como el aceite para un motor. Muchos hombres que no pensarían siquiera en hablar con brusquedad a un cliente, o a un compañero de trabajo, suelen gritar a sus esposas; aunque para su felicidad personal, el matrimonio es mucho más importante que su negocio. El hombre común que es feliz en su matrimonio, lo es mucho más que el genio que vive en soledad. 

Sé cortés. En la pareja (y en casi todas las relaciones interpersonales), no queda sitio para la espontaneidad. Es terreno para la diplomacia.


(3ª PARTE) "COMO GANAR AMIGOS E INFLUIR EN LOS DEMÁS" POR: ELIA ROCA 


COMO GANAR AMIGOS E INFLUIR EN LOS DEMÁS (2ª PARTE)


11- UN MEDIO SEGURO DE CONQUISTAR ENEMIGOS Y CÓMO EVITARLO

Jamás digas al prójimo que se equivoca. Es una falta de respeto a sus opiniones. Ve con cuidado porque puedes decir al otro que se equivoca con tu mirada, tono de voz, gestos... Esto dañaría su autoestima y la reacción normal es que quiera devolverte el golpe.

No empieces nunca diciendo "te voy a demostrar..."; eso equivale a decir "soy más listo que tú" y, por tanto, despierta oposición, y tu interlocutor querrá librar batalla antes de que empieces a hablar. Si vas a demostrarle algo, hazlo sutilmente, sin que se note.

Si alguien hace una afirmación, que a tu juicio está equivocada, es mejor que digas algo así, "yo pienso de otro modo, pero quizás me equivoque... y si me equivoco quiero corregir mi error. Examinemos los hechos". Así proceden los científicos. Un científicos no trata de "demostrar" nada. Solo se propone encontrar los hechos. Si admites que quizás te equivoques, eso detendrá todas las discusiones y dará al otro el deseo de ser tan justo y ecuánime como tú. Le ayudarás así a admitir que también él puede equivocarse.

A veces notamos que vamos cambiando nuestra forma de pensar sin ninguna resistencia, sin emociones fuertes; pero si nos dicen que nos equivocamos, nos rebelamos y nos enojamos. Somos increíblemente incautos en la formación de nuestras creencias, pero nos vemos llenos de una ilícita pasión por ellas, cuando alguien se propone privarnos de su compañía. Es evidente que lo que nos resulta tan preciado no son las ideas mismas, sino nuestra autoestima que se ve amenazada cuándo alguien las cuestiona. Nos gusta seguir creyendo en lo que hemos llegado a aceptar como bueno, y el resentimiento que se despierta cuando alguien expresa duda acerca de cualquiera de nuestras ideas o creencias, nos lleva a buscar toda suerte de excusas para aferrarnos a ellas. El resultado es que la mayor parte de lo que llamamos razonamiento consiste en encontrar argumentos para seguir creyendo lo que ya creemos. Cuando nos equivocamos, a veces lo admitimos en nuestro interior, y si se nos sabe llevar con suavidad y con tacto, quizá lo admitamos ante los demás, y acaso lleguemos a enorgullecernos de nuestra franqueza y ecuanimidad. Pero no ocurre así, cuando otra persona trata de meternos en la garganta, a golpes, el hecho poco sabroso de que no tenemos razón.

Franklin dice en su autobiografía "tuve muchos problemas con la gente porque me gustaba discutir y señalar sus fallos. Hasta que adopté la regla de no contradecir directamente las opiniones de los demás". "Hasta me prohibí el uso de palabras y expresiones que significan una opinión fija como: absolutamente, indudablemente, etc., y adopté en su lugar palabras como: creo, entiendo, supongo, así me parece por el momento, etc." "Cuando una persona aseguraba algo que a mi juicio era un error, yo me negaba el placer de contradecirlo, de demostrarle su error, y al responder le decía que en cierto caso su opinión sería acertada, pero que, en el presente me parecía que tal vez podía haber ciertas diferencias etc., etc. Exponía mis opiniones de forma mucho más modesta y, por tanto, encontraba menos resistencia en mi interlocutor. Al principio me costaba un esfuerzo actuar así; pero después me salia de forma espontánea y natural; me había habituado".

En otras palabras; no hay que discutir con el cliente o con el cónyuge o con el adversario. No le digas que se equivoca, no le hagas enojar. Usa un poco de tacto, de diplomacia y será mucho más fácil que puedas obtener lo que desees de los demás.

12- SI TE EQUIVOCAS TÚ, ADMÍTELO

Todas las personas quieren sentirse importantes. Si tú aceptas que te has equivocado, la única forma en que pueden satisfacer su deseo de importancia es la de asumir una actitud magnánima. Por ejemplo: cuando tu interlocutor te critica diciendo "has vuelto a hacer...", si tiene razón, la respuesta más hábil es responder "si, reconozco que tienes razón e incluso te quedas corto". Ante esta actitud, el crítico suele responder "hombre no es para tanto, no tiene importancia". Recuerda que cualquier tonto puede tratar de defender sus errores y que casi todos los tontos lo hacen, pero que hace falta carácter e inteligencia para admitirlos. Así pues, cuando tengas razón trata de atraer, suavemente y con tacto a los demás a tu manera de pensar, y cuando te equivoques -cosa que ocurrirá muy a menudo si eres honesto contigo mismo- admite rápidamente y con entusiasmo el error. Esta técnica te dará resultados asombrosos en tu trato con los demás y comprobarás también que reconocer tus errores es mucho más divertido que tratar de defenderse.

13- MANTÉN SIEMPRE UNA ACTITUD AMISTOSA

Si te irritas y dices las cosas claras al prójimo, quizás lo pases bien mientas descargas tus sentimientos pero ¿y el otro? Si buscas pelea casi siempre la encontrarás (o provocarás la huida de tu interlocutor). Pero si tratas de dialogar sobre los conflictos que surjan, de forma amistosa, suscitarás en el otro una actitud similar de diálogo y será más fácil llegar a acuerdos.

Cuándo tengas que tratar un tema conflictivo, empieza hablando de las cosas positivas que tenéis en común, de las cosas que os unen. Convierte a tus enemigos en amigos. Si el corazón de un hombre está lleno de discordia y malos sentimientos contra ti, no puedes atraerle a tu forma de pensar ni  con toda la lógica del mundo.

Los padres, jefes o esposos rezongones tienen que comprender que a nadie le gusta cambiar de ideas. A nadie se le puede obligar por la fuerza a que piense como nosotros, pero es posible atraerlos a nuestras ideas si somos suaves y amables. Si regañas a alguien le conviertes en un ser enojado y resentido.

Esto tiene que ver con la fábula del sol y el viento en la que ambos discutían sobre cuál conseguiría quitar la capa al caminante. Consiguió quitarla el sol con su calor, pero no el viento con su brusquedad. Lo mismo viene a decir el refrán "se cazan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre".

14- AL HABLAR CON ALGUIEN DESTACA SIEMPRE LAS COSAS EN QUE ESTÁIS DE ACUERDO

No te centres en poner de relieve tus diferencias de opinión. Por el contrario conviene que destaques, siempre que sea posible, que los dos tendéis al mismo fin y que la única diferencia es de método y no de propósito.

Procura que la otra persona pueda decirte "si". Evita, siempre que sea posible, que te diga no. Una vez se haya mostrado en acuerdo contigo, tenderá por inercia a mantenerse en igual actitud. Por eso, el orador hábil procura obtener, desde el principio, una serie de respuestas afirmativas por parte de su interlocutor. Si haces que un alumno, cliente, esposo, etc., te diga "no" en un comienzo, después, necesitarás la sabiduría y la paciencia de los ángeles para que cambie. El método socrático consiste en hacer preguntas, en forma tal, que nuestro interlocutor tenga que mostrase de acuerdo. Así, vamos obteniendo una afirmación tras otra hasta que por fin, casi sin darse cuenta, nuestro adversario se ve llegando a una conclusión que pocos minutos antes habría rechazado enérgicamente.

15- DEJA QUE TU INTERLOCUTOR SEA QUIEN HABLE MÁS

Casi todos nosotros, cuando tratamos de atraer a los demás a nuestra manera de pensar hablamos demasiado. Dejemos que hable el otro, hagámosle preguntas, permitámosle que nos explique unas cuantas cosas. Si estamos en desacuerdo con él, podemos vernos tentados a interrumpirle...; pero no lo hagamos, es peligroso. No nos prestará atención mientras tenga todavía una cantidad de ideas propias que reclaman expresión. Escucha con paciencia y con ecuanimidad, mostrando un interés sincero. Aliéntale a expresar del todo sus ideas.

16- RESTA IMPORTANCIA A TUS REALIZACIONES

Se modesto. ¿Por qué?, porque cuando el otro se siente superior a ti se siente importante; pero cuando tu le superas se siente inferior y esto puede despertar su envidia y sus celos. Recuerda que muchas personas, incluso amigas tuyas, obtendrás más satisfacción de tus dificultades que de tus triunfos; por tanto, no te pavonees de ellos. Laot-se decia: "Los ríos y los mares reciben el agua de los torrentes de las montañas porque se mantienen por debajo de ellas. De igual modo, el sabio que desea estar realmente por encima de los hombres se sitúa por debajo; así ellos no sienten su peso y no toman por insulto". Las personas verdaderamente grandes son demasiados grandes para perder tiempo en vanagloriarse de sus triunfos personales. Por ejemplo, cuando los turcos ganaron la guerra en la que expulsaron a los griegos de Turquía, el líder turco dijo: "en la guerra, a veces pierden los mejores"

17- SI QUIERES OBTENER COOPERACIÓN, DEJA QUE LA OTRA PERSONA CREA QUE LA IDEA ES SUYA

Todo tenemos más fe en las ideas que uno mismo descubre. Por tanto, en vez de tratar de que los demás acepten nuestras opiniones será más útil hacer sugerencias y dejar que los otros lleguen por sí solos a la conclusión.

18- TRATA DE VER LAS COSAS DESDE EL PUNTO DE VISTA DE TU INTERLOCUTOR

Tu interlocutor puede equivocarse por completo, pero el no lo cree así. No lo censures, trata de comprenderlo. Plantéate ¿qué pensaría y cómo reaccionaría yo si estuviese en su lugar?... El éxito en el trato con los demás depende principalmente de la capacidad de captar el punto de vista del prójimo. Cuando quieras convencer de algo a otra persona pregúntate ¿por qué va a querer hacerlo? Así, en función de sus intereses y motivos sabrás como plantearle el tema y cual será su respuesta más probable. Si adquieres la capacidad de pensar siempre en términos del punto de vista ajeno y de ver las cosas desde ese punto de vista, además de verlas desde tu punto de vista, serás mucho más eficaz en tu trato con los demás.


19- MUESTRA SIMPATÍA POR LAS IDEAS Y DESEOS DEL PRÓJIMO

Se trata de habituarte a mantener una consideración positiva incondicional; es decir, a tener en cuenta las motivaciones más positivas del comportamiento de los demás. Se relaciona con el refrán: "si ves que una hierba rompe el suelo para brotar no pienses que quiere destruir el suelo, piensa que quiere vivir".

En gran parte somos producto de nuestra circunstancias. Por eso, cuando te encuentres ante una persona egoísta, irascible, etc., piensa que si tú hubieses vivido en ambiente y las circunstancias que él ha vivido, probablemente serías también así. Por tanto, cuando los demás se comporten de forma que no te gusta, en vez de enfadarte trata de comprender su punto de vista, y el por qué se comportan de ese modo.

20- APELA A LOS MOTIVOS MÁS NOBLES

Todos tenemos un alto concepto de nosotros mismos y nos gusta que los demás nos vean (y también vernos nosotros mismos) como nobles y altruistas. Si queremos cambiar a la gente será más fácil conseguirlo apelando a sus motivos más nobles. La mayoría de la gente es honrada y suele reaccionar favorablemente si se le hace sentir que se le considera una persona honrada, recta y justa.



(2ª PARTE) "CÓMO GANAR AMIGOS E INFLUIR EN LOS DEMÁS" POR: ELIA ROCA

   

COMO GANAR AMIGOS E INFLUIR EN LOS DEMÁS ( 1ª PARTE)


1- NO CRITIQUES

- Si quieres recoger miel, no des patadas a la colmena. Recuerda la fábula del sol y el viento cuándo competían por quitar la capa a un caminante: lo logró antes el sol con su calor que el viento con su violencia. Recuerda también el refrán "se cazan más moscas con una gota de miel que con un barril de vinagre".

- Si criticas a alguien lastimas su orgullo y lo pones a la defensiva. La principal necesidad de cualquier persona es tener una buena imagen de sí mismo. Si la criticas, lesionas esa necesidad y despiertas su resentimiento.
- ¿Conoces a alguien a quien desearías cambiar y mejorar?...; muy bien, pero emplea esa energía en mejorarte y cambiarte a ti mismo. Desde un punto de vista egoísta es mucho más provechoso, y menos peligroso. Recuerda estas frases famosas: "No te quejes de la nieve en el techo del vecino cuando también cubre el umbral de tu casa" (Confucio) y "Se ve antes una paja en el ojo ajeno que una viga en el propio" (Evangelio).
- Al tratar con la gente, ten presente que no tratas con criaturas lógicas, sino dominadas por sus emociones, llenas de prejuicios e impulsadas por actitudes irracionales como el orgullo y la vanidad.
- Ten en cuenta que cualquiera puede criticar, censurar y quejarse, y casi todos los tontos lo hacen; pero se necesita carácter y dominio de sí mismo para ser comprensivo y capaz de perdonar. En lugar de censurar a la gente, tratemos de comprenderla. Tratemos de imaginarnos por qué hacen lo que hacen. Eso es mucho más provechoso y más interesante que la crítica, y de ello surge la simpatía, la tolerancia y la bondad: "comprender las cosas, muchas veces equivale a perdonarlas".
- Alternativas asertivas a las críticas: Cuando el comportamiento del otro esté lesionando tu bienestar, dile sencillamente: "Cuando haces... (comportamiento concreto), me siento... (expresión en 1º persona del sentimiento que te produce). Después añade una petición clara y concreta de cómo te gustaría que actuase, en ese aspecto concreto, a partir de ahora.


2- APRECIA A LOS DEMÁS Y ELÓGIALOS SINCERAMENTE.


¿Cómo hacer que la gente haga lo que queremos? El uso de la fuerza sólo sirve algunas veces. Pero incluso en esos casos tiene efectos muy negativos, tanto para el que la ejerce como para el que la sufre. Sólo hay un medio eficaz para conseguir que la gente haga algo: conseguir que el otro quiera hacerlo. Los demás harán lo que tú quieres, en la medida en que tú des a los demás lo que ellos quieren. Y ¿qué quiere la gente? Su principal deseo es sentirse importante, ser apreciado. Los pocos individuos que satisfacen honestamente esta necesidad, podrán "tener a los demás contentos".

Nada hay que necesitemos tanto como el alimento para nuestra propia autoestima. No se trata de adular sino de elogiar con sinceridad.
Emerson decía: "Todos los hombres que conozco son superiores a mi en algún sentido y en ese sentido, aprendo de ellos". Si así sucedía con Emerson, ¿no es probable que lo mismo suceda contigo?.
No estés siempre pensando sólo en tus realizaciones y necesidades. Trata de pensar en las buenas cualidades de la gente que te rodea. Da pruebas de una apreciación honrada y sincera de esas cualidades. Se "caluroso en la aprobación y abundante en el elogio" y la gente acogerá con cariño tus palabras y las atesorará y las repetirá toda una vida, después de haberlas olvidado tú. "La vida es un espejo".


3- TRATA SIEMPRE DE COMPRENDER EL PUNTO DE VISTA DE TU INTERLOCUTOR


Cuando uno va a pescar no pone el el anzuelo lo que le gusta a él sino lo que le gusta a los peces, ¿por qué no usar el mismo sentido común cuando se quiere atraer a la gente? Por ejemplo, si quieres atraer a alguien o convencerlo para que haga algo, no lo conseguirás hablándole más y más de lo que deseas o necesitas. Es absurdo, sólo a ti te interesa. El medio más seguro de que disponemos para influir sobre el prójimo es hablar acerca de los que él quiere, y ayudarle a ver como puede conseguirlo (si quieres que un burro vaya a un lugar y él se niega, lo conseguirás antes mostrándole una zanahoria que dándole empujones o palos).

Cuando quieras persuadir a alguien de que haga algo, antes de hablar haz una pausa y piensa "¿cómo puedo lograr que quiera hacerlo?". Así no te lanzarás a hablar inútilmente de tus deseos. Háblale de las ventajas que puede obtener él si lo hace, con datos y ejemplos claros para ser más convincente. El mundo está lleno de personas egoístas, de manera que los pocos individuos que tratan honradamente de servir a los demás, de comprenderlos, y de tener en cuenta el punto de vista del otro, tendrán un gran éxito con la gente.


4- SI QUIERES GUSTAR AL PRÓJIMO INTERÉSATE AUTÉNTICAMENTE EN LAS DEMÁS PERSONAS.


Los perros se ganan la vida sólo con demostrar su cariño por el dueño. Se puede ganar más amigos en dos meses si se interesa uno en los demás, que lo que se ganarían en dos años, intentando que los demás se interesen por uno. Si nos limitamos a tratar de impresionar a la gente para hacer que se interese por nosotros, no tendremos jamás amigos de verdad. El individuo que no se interesa por los deseos de su semejantes, es quien tiene las mayores dificultades en la vida y causa las mayores heridas a los demás. De esos individuos surgen todos los fracasos humanos. A todos nos agrada que los demás nos admiren, nos den muestras de aprecio y se interesen por nosotros. Algunas formas de hacerlo son: anotar las fechas de los cumpleaños y felicitar a tus conocidos; saludarles con alegría y entusiasmo al verlos o al hablarles por teléfono, ... 



5- SONRÍE


No se trata de sonreír de forma fingida y superficial. Si así lo hicieses, otros aspectos de tu lenguaje oral o corporal te contradecirían y los demás captarían en ti incongruencia y falsedad. Ha de ser una verdadera sonrisa, una sonrisa sincera que venga de dentro y exprese tu alegría de estar con la otra persona (como el perro que da saltos de auténtica alegría al ver a su amo). Tienes que pasarlo bien cuando estás con la gente, si quieres que la gente lo pase bien estando contigo. Una verdadera sonrisa expresa "me gustas, me siento feliz de verte", etc. Cuando no tengas ganas de sonreír puedes hacer lo siguiente:

a) sigue el consejo de W. James "ríe y estarás contento".
b) controla tus pensamientos hablándote a ti mismo en forma que te ayude a sentirte bien y a ver las partes positivas de las cosas, de ti mismo y de los demás.
c) aprende y practica técnica de reestructuración cognitiva, visualización positiva, etc.
   

6- RECUERDA QUE EL NOMBRE DE UNA PERSONA ES PARA ELLA EL SONIDO MÁS DULCE E IMPORTANTE QUE PUEDE ESCUCHAR


Cuando conozcas a alguien, fíjate bien en su nombre y en otros detalles personales y refiérete a ellos al volver a estar con él: le encantará. Pronuncia su nombre con frecuencia será como un halago. Procura no confundirlo ni escribirlo mal. 

Algunos trucos para ayudarte a recordarlos son: 
1. si no lo oyes claramente, di "lo siento, no he oído bien", 
2. si es poco común pregunta cómo se escribe, 
3. durante la conversación, tómate el trabajo de repetir el nombre varias veces y asócialo en las facciones, la expresión y el aspecto general de tu interlocutor, 
4. si es necesario, escríbelo después en un papel o en tu agenda, junto a otros datos de la persona que te ayuden a recordarlo. Cuando te habitúes, te resultará muy sencillo.

7- SE BUEN OYENTE. ALIENTA A LOS DEMÁS A HABLAR DE SÍ MISMOS.


Para ser interesante hay que interesarse. Hasta el protestador crónico, aun el crítico más violento, se suavizará y apaciguará en presencia de un oyente que muestre paciencia y simpatía.

Da la razón en lo posible y en el resto muéstrate comprensivo. Refleja sus conceptos y sentimientos y muestra una sincronía con tu lenguaje corporal. Demuéstrale que comprendes de verdad su punto de vista. No lo juzgues ni menos aun lo critiques. Recuerda que tu interlocutor está cien veces más interesado en si mismo y en sus necesidades y problemas, que en ti y tus problemas. Su dolor de muelas le interesa más que una epidemia que mate a un millón de personas en China. Aprende a ser capaz de ponerte en el lugar del otro y a ser capaz de ver las cosas desde su punto de vista (además de verlas desde tu propio punto de vista).
Cuidar mucho el lenguaje no verbal, la expresión, el tono de voz, etc.

8- SI QUIERES INTERESAR AL OTRO, HÁBLALE DE LOS QUE LE INTERESA A ÉL.


Cuando quieras convencer de algo a otra persona, conviene que te informes de aquellos temas que le interesan para poder hablar de ellos. Después, sin prisas, cuando surja la ocasión, le hablas de pasada de lo que deseas de él. Es mucho más probable que lo consigas así, ya que si le hablas de las cosas que le son más preciadas te ganarás su corazón.


9- SI QUIERES GUSTAR AL PRÓJIMO HAZ QUE EL OTRO SE SIENTA IMPORTANTE Y HAZLO SINCERAMENTE.


Expresa tu admiración por el otro siempre que haya ocasión y/o motivos para hacerlo. Di algo agradable de él. Cualquier elogio sincero sirve. Hazlo por costumbre, sin tratar de obtener nada a cambio, más que el placer de haber irradiado algo de felicidad en tu interlocutor. Sé cortés, amable, respetuoso, considerado y educado en todo momento.

Todas las personas que te rodean se sienten superiores a ti en algo, y un camino seguro para llegarles al corazón, es hacerles ver sutilmente que reconoces su importancia y la reconoces sinceramente. Haz al prójimo lo que quieres que te hagan a ti. Recuerda que tú quieres que te aprueben, que reconozcan tus méritos; sentirte importante en tu pequeño mundo... No quieres oír adulaciones falsas, pero anhelas una sincera apreciación.

10- NO ES POSIBLE GANAR UNA DISCUSIÓN.


Hay que evitar siempre, como se evitaría una víbora o un terremoto. La mayoría de las veces, al acabar la discusión, cada uno de sus contendientes está más convencido que nunca de tener razón. Pero aun cuando consiguieses demostrar al otro que está equivocado, habrías lastimado su orgullo, habrías hecho que le duela tu triunfo, y jamás obtendrías su aprecio de ese modo. Aunque tengas razón, las discusiones no sirven para modificar criterios. El ser humano necesita sentirse importante y mientras se discute con él, satisface ese deseo afirmándose bruscamente. Pero si admites su importancia y dejas de discutir, el otro podrá sentirse seguro (dejará de sentirse amenazado), y con mucha probabilidad se convertirá en un ser humano lleno de simpatía y bondad. Deja que tus clientes, compañeros o seres queridos te ganen en las pequeñas discusiones que puedan suscitarse. Buda dijo "El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor". Un mal entendido no acaba nunca gracias a una discusión sino gracias al tacto, la diplomacia y el sincero deseo de apreciar el punto de vista del prójimo. Lincoln decía "El hombre que está resuelto a ser lo más que pueda, no debe perder el tiempo en discusiones personales. Y menos todavía exponerse a las consecuencias, incluso a la ruina de su carácter y a la pérdida de su serenidad". Cede en las cosas grandes si no está muy claro que tienes razón. Piensa que es mejor cederle el paso a un perro rabioso, que exponerte a que te muerda por disputarle tu derecho a pasar antes que él. Ni aún matando al perro te curarías de la mordedura.


(1ª PARTE) "COMO GANAR AMIGOS E INFLUIR EN LOS DEMÁS" POR: ELIA ROCA



BESOS


Hay besos que pronuncian por sí solos 

la sentencia de amor condenatoria, 
hay besos que se dan con la mirada 
hay besos que se dan con la memoria. 


Hay besos silenciosos, besos nobles 
hay besos enigmáticos, sinceros 
hay besos que se dan sólo las almas 
hay besos por prohibidos, verdaderos. 


Hay besos que calcinan y que hieren, 
hay besos que arrebatan los sentidos, 
hay besos misteriosos que han dejado 
mil sueños errantes y perdidos. 


Hay besos problemáticos que encierran 
una clave que nadie ha descifrado, 
hay besos que engendran la tragedia 
cuantas rosas en broche han deshojado. 


Hay besos perfumados, besos tibios 
que palpitan en íntimos anhelos, 
hay besos que en los labios dejan huellas 
como un campo de sol entre dos hielos. 


Hay besos que parecen azucenas 
por sublimes, ingenuos y por puros, 
hay besos traicioneros y cobardes, 
hay besos maldecidos y perjuros. 


Judas besa a Jesús y deja impresa 
en su rostro de Dios, la felonía, 
mientras la Magdalena con sus besos 
fortifica piadosa su agonía. 


Desde entonces en los besos palpita 
el amor, la traición y los dolores, 
en las bodas humanas se parecen 
a la brisa que juega con las flores. 


Hay besos que producen desvaríos 
de amorosa pasión ardiente y loca, 
tú los conoces bien son besos míos 
inventados por mí, para tu boca. 


Besos de llama que en rastro impreso 
llevan los surcos de un amor vedado, 
besos de tempestad, salvajes besos 
que solo nuestros labios han probado. 


¿Te acuerdas del primero...? Indefinible; 
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos 
y en los espasmos de emoción terrible, 
llenáronse de lágrimas tus ojos. 


¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso 
te vi celoso imaginando agravios, 
te suspendí en mis brazos... vibró un beso, 
y qué viste después...? Sangre en mis labios. 





Yo te enseñé a besar: los besos fríos 
son de impasible corazón de roca, 
yo te enseñé a besar con besos míos 
inventados por mí, para tu boca.


(Gabriela Mistral)



¡VOLAR!


DRAGONES Y PRINCESAS


Erase una vez una princesa que vivía en la torre más alta de un castillo. Tanto la princesa como el castillo, eran exactamente como son todas las princesas y todos los castillos, así que podemos pasar a lo importante.

A los pies de la torre vivía un dragón, había nacido el mismo día que la princesa aunque ninguno de los dos supo nunca si también lo habían hecho del mismo vientre, pero lo cierto es que desde ese día, ambos, dragón y princesa se hicieron inseparables; sólo cuando el dragón superó en dimensiones las de la almena que compartían, instaló su nido a los pies de la torre. Todo sucedía felizmente hasta el día que llegó el primer caballero. Ese día el dragón y la princesa celebraban su treceavo cumpleaños. Al principio fueron cegados por la luz del sol que se reflejaba en la superficie metálica que cubría el pecho del jinete, en ese momento supieron con seguridad que no era el repartidor de leche, pero no podían imaginar cuánta locura embargaba a aquel señor. De pronto y sin mediar ofensa, el caballero desenvainó su espada y al grito de “No os asustéis mi señora, yo os salvaré de esta bestia” atacó al dragón en su pierna derecha. Obviamente el dragón, que aun siendo pacifista manifiesto no tuvo más remedio que acogerse a la excepción del principio de no agresión alegando defensa propia, devoró a aquel pobre loco insensato de un solo bocado. La fiesta de cumpleaños siguió sin más y aquello quedó en una anécdota, aunque ciertamente el dragón no pudo disfrutar de la tarta de cumpleaños porque se le indigestó un poco el acero de la armadura.


 
Sin embargo, la sucesión de acontecimientos similares que se dieron a partir de entonces les hizo pensar que aquello era algo más que una simple anécdota, al parecer algún tipo de epidemia se había extendido entre los caballeros de la región y los síntomas eran los mismos entre todos los afectados, una violenta fobia hacia los dragones, delirios románticos y tendencias psicopáticas de todo tipo. La vida en el lugar se hizo ciertamente difícil y la princesa determinó mejor recluirse en la torre y no salir a disfrutar del aire libre, mientras que el dragón hizo lo suyo y permaneció volando bajo y en círculos alrededor de la torre. De este modo ambos garantizaban su seguridad en tanto que se resolviera aquella extraña situación, pero lo cierto es que nada cambió, pasaron los meses y los años y los caballeros de brillante armadura seguían llegando hasta el castillo, los más osados incluso intentaban raptar a la princesa, otros disparaban con sus arcos al dragón en vuelo causándole una irritante urticaria. Al cabo de una década la pila de cadáveres chamuscados era casi tan alta como la misma torre.


La princesa veía con auténtico temor cómo una tras otra, las princesas de reinos vecinos eran raptadas y peor aún, poco después sufrían una fase aguda de Síndrome de Estocolmo hasta tal punto que se casaban con sus raptores y hasta se decían felices. Aquello que empezó como una anécdota terminó estableciéndose como el estado de cosas habitual en el reino y la histeria colectiva que causó en toda la población alcanzó hasta a su padre, el rey. Una mañana la mandó llamar a su presencia e inició una conversación que la princesa jamás hubiera deseado:

-Mi querida hija, después de una larga charla con tu madre, ambos hemos decidido que es ya momento de intervenir en este asunto que comienza a ser preocupante y nos está convirtiendo en la comidilla de los reinos vecinos. Hija mía ya tienes veintitrés años y consideramos que es imposible seguir consintiéndote ese comportamiento tan poco digno de una princesa. Tenemos todo el terreno regado de cadáveres y el aire ya es irrespirable con ese olor a carne quemada. Tu madre, la reina, y yo siempre hemos respetado tus gustos y maneras, digamos… un tanto extrañas; pero se nos ha ido de las manos ¿Por qué no puedes ser una princesa normal y dejarte rescatar por tu caballero?

-Pero padre ¿es que os habéis vuelto loco? ¿Acaso necesito yo ser rescatada de algo?

-¡Por supuesto que sí! –Gritó el regente levantándose casi de un salto de su trono.

-Acaso no te construimos la torre más alta de todos los alrededores? ¿Acaso no es tu dragón el más feroz y temible de cuantos pudimos conseguir? ¿Ves lo que te digo? ¿Por qué no puedes ser una princesa normal?

-Pero padre – replicó la princesa anonadada y llena de pesar- desde mi torre veo todo el reino, es tan alta que a veces siento que puedo tocar el cielo, hasta allí no llega el ruido del gentío, ni me molestan esas notas que desafinan los juglares… padre, y… y bueno, en cuanto a Dragón, es mi mejor amigo, es mi único amigo…

-¡Cielo Santo!... Esto es más grave de lo que creíamos. Hemos estado ciegos todos estos años, achacábamos tus extravagancias a la consabida y de vez en cuando deseable frivolidad femenina, toda princesa que se digne tiene que mostrar su buena dosis de ella, un tanto de carácter caprichoso y voluble y bueno, en fin…. tu madre sabe más de esos tecnicismos.. pero esto, esto es otra cosa ¿dices que te gusta vivir encerrada en la torre? ¿dices que el dragón es tu amigo?.... está bien, tendré que tratar este asunto con tu madre de nuevo y con el consejero real y con el capitán de mi guardia y … no sé, esto es grave, muy, muy grave… realmente grave.


La princesa llena de impotencia guardó silencio mientras su padre abandonaba el salón totalmente consternado y presa de la preocupación. 
A partir de aquel momento la princesa empezó a comprender que tal vez su percepción de las cosas estaba algo limitada debido a su gusto por la soledad, definitivamente Dragón y ella no tenían la menor idea de cómo era el mundo así que comenzó a documentarse y pasar largas horas leyendo junto a su amigo alado.

Después de una década de estudio concienzudo sólo llegó a una conclusión, no había mejor lugar para ella que su torre ni mejor compañía que su dragón. Tras este tiempo, la leyenda que había crecido en torno a la dificultad que entrañaba el rescate de la princesa adquirió tal magnitud que los caballeros llegaban ya desde los confines de la tierra, no había ego capaz de resistirse al reto que suponía y llegó a tal extremo que tuvo que aprender a luchar, pues Dragón no tenía a veces lugar de encargarse solo de los cientos de caballeros que llegaban a la semana. Nuevamente, como hiciera diez años antes el rey la mandó llamar a su presencia. Esta vez, en lugar de su hija le llegó una misiva:

“Mi amadísimo padre, reclamo mi derecho a la desobediencia palaciega (aunque no sé si existe) así que no saldré de mi torre, no permitiré que dañen a Dragón y ni mucho menos me casaré con ninguno de esos porta-acero, es todo cuanto tengo que comunicaros en esta década”

Los gritos de cólera del rey se escucharon durante más de veinte años, los habitantes del reino tuvieron que emigrar hacia otros lugares para salvar sus tímpanos y en ocasiones su cordura. El reino quedó solo, desierto y tras otra década más la leyenda de la princesa insalvable fue cayendo en el olvido, tanto hizo por ella el olvido que hasta el rey y la reina se olvidaron de ella.

Una mañana, después de varios años sin abrirse, el ruido del puente que bajaba sobre el foso fue tan grande que despertó a la princesa y al dragón de su plácido sueño de verano. Ambos se sorprendieron pues hacía años que ya ningún caballero acudía a palacio, incluso Dragón ya estaba desentrenado y tuvo que carraspear un poco antes de acercarse al desconocido. La princesa miraba desde la almena pero algo no estaba en su sitio, había algo extraño… a lo lejos aquel caballero no emitía ningún brillo, pidió al dragón que no lo exterminara hasta que llegara al pie de la torre, le causó curiosidad, y más aun, para su sorpresa, cuando lo vio totalmente desnudo, envuelto tan solo con una toalla de baño, sin armadura, sin caballo. El dragón se escondió detrás de la torre y la princesa le gritó desde lo alto

-¿Quién eres?


-Yo, respondió el desconocido

-¿Quieres matar a mi amigo?

-¿Acaso me ha molestado vuestro amigo?

-¿Quieres rescatarme?

-¿Acaso estáis prisionera?

-¿Quieres casarte conmigo?

-Pues veréis… -dijo extrañado el extraño caballero- me tomáis por sorpresa señora, sólo puedo deciros que de momento quisiera algo de agua, comida y un lugar para descansar, ciertamente sólo eso… además, si apenas distingo vuestro rostro desde aquí abajo… En verdad señora, me hallo en medio de otra empresa; vengo desde muy lejos y el viaje ha sido largo. Ando en busca de una leyenda que me contaron hace tiempo. En algún lugar no muy lejano de aquí, al menos ese es mi deseo, vive una princesa con un dragón, así me lo contaron y si os fijáis al otro lado del foso veréis que también yo tengo un dragón, es aquel que podéis ver sobre el césped tumbado. A causa de la moda de matar dragones del los últimos tiempos mi dragón no tiene amigos y se siente muy solo, sufre terrores nocturnos a causa del miedo que le produce tanta persecución y no digamos los traficantes que los malvenden a reyes y aspirantes. Como os decía señora, ando buscando a esa princesa y a su dragón con la esperanza de aliviar la situación del mío…

La princesa sonrió de un modo imperceptible para el caballero y bajó rápidamente las escaleras… algo en su interior le decía que estaba a punto de escribirse un cuento, uno de esos cuentos que empiezan con “Erase una vez” y que narran historias sobre princesas y dragones y caballeros con toalla...


De: Carmen Soriano López  *Todos los derechos reservados 

Uno de dragones y princesas
(para: Coral Molina Marín, mi princesa más querida)