CUÉNTAME UN CUENTO


Cuéntame un cuento

Donde no haya princesas, ni tristes, ni bellas,

ni ñoñas, ni indefensas,

ni lánguidas, ni tediosas, ni dulcemente encantadoras…


Cuéntame un cuento

Donde no haya príncipes azules que las quieran rescatar.

Ni salvar, ni vengar.

Ni proteger y cuidar con la excusa de amar.


Cuéntame un cuento.

Donde no haya torres en castillos,

solitarios, fríos y aislados.

Con grandes fosos, caballeros guardianes u ogros.


Cuéntame un cuento,

o mejor,

el cuento, me lo cuento yo.


Había una vez una dama, fuerte, libre, bella, inquieta, 
que un día, por querer, quiso dejar de ser princesa. 
Los tules, encajes y perlas se le antojaban cadenas. 
Y ella, espíritu libre quería mucho más. 
Soñaba con viajar, escribir, pensar, trabajar. 
Sabía que podía hacer mucho más por los demás, 
que exhibir su cara bonita o aprender a bordar.

Aprendió a no ser princesa, 
aprendió a creer en su propia belleza. 
Aprendió a amar su cuerpo imperfecto 
porque era perfecto en su totalidad. 
Aunque no entrara en corsets imposibles 
ni en zapatos de cristal.

Aprendió a mimarse y a cuidarse. 
A regalarse sin fechas, como una Alicia especial. 
Disfrutaba sus canciones, sus adornos, sus poesías, 
sus amantes y su mar.

Conoció brujas buenas que le hablaban de los misterios 
y secretos que los demás le callaban. 
Escuchaba, preguntaba, contestaba, compartía… 
lloraba y reía.

¡Cuánto amaba a sus mujeres!, 
¡cuántas vidas en sus vidas!

Mujeres hadas, mujeres lobas, a veces incluso mujeres hienas. 
Siempre sabias, siempre brujas.

Junto a ellos supo entonces 
 del poder de las mujeres,
de las diosas de la tierra, de las de sangre y arena.

Y entonces entendió…

Entendió el por qué del miedo, 
entendió el por qué del odio, 
entendió el por qué del dolor…

Duele lo que se nos resiste, 
duele lo desconocido, 
duele lo que deseamos 
y no podemos poseer…

Dolor que no le fue ajeno, 
dolor que también sufrió.

Ella también quiso y no obtuvo, 
y fue deseada y escapó.

Ese es el peaje de la vida: 
crees, piensas, decides, sientes, yerras, 
sufres, celebras, coges, sueltas, odias, perdonas...
AMAS… VIVES.

¡VIVES!

No una vida de princesa.

Porque tú no eres “su princesa”

TÚ eres Tuya, no de nadie.

Hada, bruja, loba, ninfa, madre, hija, compañera, diosa, reina, hechicera…

(Desconozco su autor)



UN CORAZÓN LLENO DE ESTRELLAS


En marzo 1946 terminada la guerra. En las calles de Selonsville de una ciudad Francesa, cubierta por la nieve y con el fondo de los Alpes helados, donde el invierno se resistía al partir.
Los que habían sobrevivido a la guerra, la ocupación y a la pobreza temblaban de frío y se afanaban por las calles en busca de algún alimento con que calentar el cuerpo.
En el orfanato municipal separado del mundo exterior por altas vallas regido por monjas hurañas, solo los niños parecían ajeno a todo.
Michel tiene nueve años y ha crecido en ese orfanato junto a su fiel amiga Eri. 
Una mañana ella no se despierta y es llevada al hospital, donde los médicos diagnostican que la niña ha entrado en coma por causas desconocidas. Muy asustado Michel sale en busca de ayuda. Nadie sabe darle consejo. Sin embargo, al entregar su única moneda a una mendiga, ésta le explica que Eri tiene el corazón enfermo por la falta de amor. Para curarla existe un remedio: debe encontrar las nueve cualidades del amor y hallar a nueve personas que sean un ejemplo de esas virtudes. Recortará a cada una de ellas una estrella de su ropa sin que se den cuenta. Antes de diez días. Michel debe entregar los nueve retales a la anciana para que confeccione con ellos «un corazón lleno de estrellas» que devolverá la vida a Eri. Pero aún faltará algo: una estrella secreta 'la número diez' que es la que permite que las otras nueve tengan poder. Para hallarla, tendrá que descubrir por sí mismo cuál es el secreto último del amor que todo lo cura.




"Cada uno da lo que recibe.
Luego recibe lo que da.
Nada es más simple.
No hay otra norma.
Nada se pierde.
Todo se transforma.


"Llegará un día en el que, después de dominar el espacio, 
los vientos, las mareas y la gravedad, dominaremos las energías del amor. 
Y, ese día, por segunda vez en la historia del mundo habremos descubierto el fuego.
(TEILHARD DE CHARDIN)



1º El secreto del amor romántico:
-Si no te enamoras de la vida, la vida no se enamora de ti.
-Lo esencial es invisible a los ojos.
-Todos somos príncipes y princesas hasta que nuestra pareja nos convierten en rana.
-De ti depende que se sienta especial o como una rana.
-El príncipe o la princesa vive dentro de nosotros.
-Ese es el secreto de la atracción: Si no te amas porque crees que eres una rana nadie te amará.

2º El secreto del amor de larga duración:
-El amor es una conquista constante.
-El amor no existe para hacernos felices, sino para mostrarnos cuánto podemos resistir.

3º El secreto del amor a los hijos:
-Los hijos son nuestros maestros espirituales que te hacen crecer más allá de ti mismo.
-El bosque sería muy aburrido si sólo contaran los pájaros que mejor lo hacen. 
–Ningún pájaro canta mal; cada uno es una nota diferente en la gran sinfonía de la creación.
-El fuerte necesita al débil para que se valore su fuerza, y para entender la luz hay que haber vivido la oscuridad. Todos somos necesarios.
-La felicidad es tan sencilla como el rallo de sol que nos ilumina.

4º El secreto del amor a los amigos.
-Los amigos son la familia espiritual que escogemos para el viaje de la vida.
-Hay vínculos más poderosos que la sangre.

5º El secreto del amor a los animales.
-Los animales nos enseñan hacer humanos.
-Nos enseñan del afecto incondicionalmente, a defender lo que se ama cuando es necesario y a ser más civilizados.

6º El secreto del amor a la naturaleza.
-El universo siempre está presente en nuestro alrededor.
-Sin las nubes no hay lluvia; sin lluvia no tendríamos agua; los árboles no podrían crecer ni dar oxígeno...
-Sin el sol el bosque no puede crecer. En realidad nada puede crecer. Ni siquiera nosotros podríamos crecer sin el sol.
-No hay nada que no puedas incluir: el tiempo, el espacio, la tierra, la lluvia, los minerales, el sol, las nubes, el río, el calor....
-Todo coexiste porque todo lo demás “es” en el universo.

7º El secreto del amor a los libros, a la cultura y al arte.
-El sabio no se reconoce por todo lo que sabe, sino por todo lo que ama.
-No se trata de leer mucho, sino amar lo que lees, que viene a ser lo mismo que amar a las personas.
-Los libros están escritos por los seres humanos y la mayoría hablan de otros seres humanos.
-Leer es un acto de amor.
-Por el mismo motivo debemos acercarnos al arte, a la música, a todo lo que puede crear un ser humano que ama la vida.

8º El secreto del amor a la vida.
-La calidad de un corazón no reside en cuánto amor puede dar a uno, sino en cuántos unos caben en ese corazón.
-Perdonar es la única manera de permitir que los demás puedan ser otra cosa.
-Si matas a un ladrón, lo condenas a ser sólo eso para siempre.
-Todos necesitamos de todos.
-No te lo pienses dos veces cuando puedas salvar a alguien, porque quizás te estés salvando a ti mismo.

9º El secreto del amor a uno mismo.
-No importa lo que eres, sino lo que puedes llegar a ser.
-Tanto si crees que puedes conseguirlo como si crees que no puedes, tienes razón. (Henry Ford)
-Si te amas a ti mismo, que no sea para ponerte en un pedestal desde el que mirar al mundo. Has de valorarte para luego entregar ese valor a los demás.
-Sólo tenemos aquello que podemos entregar.

10º El secreto último del amor.
-Hay quien hace pero no dice y hay quien dice pero no hace. Para amar hay que hacer y decir. Éste es el secreto último del amor.
-Los latidos del corazón nunca son silenciosos.
-Debes poner corazón en todo lo que hagas con la cabeza.
-No bastaba con amar sino también hay que expresarlo, es cuando cobra fuerza el amor.

"Un corazón lleno de estrellas" de Álex Rovira y Francesc Miralles
Resumen por Inés Estela López




EL GUERRERO Y EL ANCIANO


Cuenta la leyenda que el más sabio de los sabios de los monjes de un lejano país, cansado de los honores de su cargo, decidió prescindir de toda ostentación y salir en peregrinación. Escapó de noche del monasterio, vestido con pobres ropajes y con un bastón y una bolsa por todo equipaje. Y así, viajando solo, recorría libre los caminos hacia su destino; atrás quedaba su fama de ser el hombre más sabio y el más amoroso maestro.

Un buen día hizo un alto en el claro de un profundo bosque; allí se sentó y pronto quedó sumido en el infinito silencio de su mundo interior, ajeno a todo lo que le rodeaba. Y así quedó, con los ojos cerrados, las piernas cruzadas y las manos apoyadas en las rodillas, en actitud de profunda meditación.

Su venerable aspecto movía al respeto y la contemplación. Pero de repente, irrumpió en el claro la voz áspera y exigente de un guerrero que gritaba:

¡Anciano, despierta! ¡Tú que eres sabio y conoces el más allá, enséñame acerca del cielo y del infierno! ¿Existen realmente? ¿Cuál será mi destino?

A pesar de la voz destemplada y la violencia de las palabras, el anciano continuó en silencio, con los ojos cerrados, como si nada hubiera oído. No hubo respuesta al griterío.

Mientras, el guerrero, que seguía de pie frente al monje, impaciente, empezó a mostrarse más y más nervioso a cada instante que pasaba sin que aquel anciano diera señal de haberlo escuchado. Mas al cabo, poco a poco, el hombre sabio empezó a entreabrir los ojos, al tiempo que una débil insinuación de sonrisa se asomaba entre las comisuras de sus labios.

El monje contempló en silencio al guerrero, evaluando con ojos brillantes de conocimiento su cara, sus armas y ropajes, cada detalle de su indumentaria y su expresión, y lo hacía como si así alcanzara el más profundo secreto del corazón de aquel hombre. Y súbitamente, con voz profunda, ronca y llena de vigor exclamó:

-Dices que quieres conocer los secretos del cielo y del infierno, pero ¿quién eres tú para interpelarme sobre estas cuestiones? ¿Quién eres en realidad? Observarte ¿cuál es tu actividad? ¿Cuál es el propósito de tu vida? No sabes responder a estas preguntas, siquiera habían pasado por tu mente hasta ahora. Sólo sabes matar, agredir, eres rehén de tu violencia y de tu ira. Esclavo del poder, tienes las manos manchadas con sangre inocente. Eres un asesino, un monstruo al servicio de cualquiera que te pague. Careces de voluntad propia, de honor.. ¿Y tú te atreves a dirigirte a mí para preguntarme por el cielo y el infierno?

El guerrero sintió cómo la ira crecía en su interior y surgía de forma arrolladora. Y mientras profería una maldición terrible sacó su espada y la alzó con rabia sobre su cabeza. Mientras así se preparaba para decapitar al monje, en fracciones de segundo en su mente resonaron sus palabras y se sucedieron las terribles imágenes de su pasado, todas ellas repletas de batallas, muertes y violencia, de sangre y saqueo, de terror y desesperación… toda su vida desfiló ante sus ojos para poner de manifiesto que no tenía sentido.

Esto es el infierno, dijo entonces el anciano monje, mientras la espada, amenazadora, comenzaba a bajar.

En esa fracción de segundo, el guerrero comprendió y se sintió abrumado por un temor reverencial, por una compasión y un amor extraordinario hacia aquel amable monje, hacia aquel ser humano que, sin conocerle, arriesgaba su propia vida para enseñarle su auténtica naturaleza de forma tan directa y práctica.

Detuvo por fin la espada apenas a unos milímetros de la cabeza del anciano. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas de agradecimiento por lo sucedido, por los intensos sentimientos de alivio y liberación que se sucedían en su interior, por las imágenes de un futuro diferente lleno de paz y libertad.

Y en ese instante pudo escuchar la voz llena de sabiduría y amor del monje, que con gran dulzura le susurraba:

-Y esto es el cielo.

El odio no desaparece al dejar de odiar. El odio desaparece al empezar a amar.


Del libro "Lo que no se ve" de Frederic Solergibert




LO QUE NO SE VE



EL DESTINO: 

A todos nos gustaría conocer nuestro destino, ante todo para evitar el dolor que produce el error. Uno de estos errores, uno de los mayores, consiste en no actuar en momentos difíciles por miedo a equivocarse. 


Está claro que siempre deseamos hacer lo correcto, pero actuamos de forma incorrecta cuando no tomamos una decisión sobre lo que debemos hacer. 

El poder reside en la virtud de decidir. Porque la vida es progreso y evolución, que se realizan a través de las decisiones que tomamos.

¿Quién conoce algo sobre el destino? Nadie. Pero el ser espiritual tiene fe en sí mismo y en la vida. Sabe que hagamos lo que hagamos siempre repercutirá en cada uno y será lo mejor o lo más ventajoso según la decisión que se tomen. 


La libertad que proporciona tomar una decisión sólo llega cuando esa decisión ya ha sido tomada.

Ser valiente no es tener miedo; es tener miedo y seguir luchando. 

El peor consejero será siempre el miedo.


LA MENTE: 

La mente tiene el poder de convertir nuestros sueños y nuestras pesadillas en realidad. 
Podemos hacer que del cielo surja un infierno o del infierno un cielo.
A veces basta con que miremos hacia atrás: así podremos descubrir que la pesadilla que vivimos ayer que se ha convertido en el umbral que nos ha llevado a experimentar el bienestar de hoy. 


La vida es cíclica y a un momento difícil le sigue otro agradable, al igual que después de un buen momento le sigue un mal momento.

La persona espiritual se distingue porque es capaz de mantener su mente más allá de la dualidad, del placer o del dolor, y de observar cómo cada experiencia que llega a su vida le aporta madurez y conocimiento.

En todo momento, en cualquier situación, si nos encontramos con algo que no nos gusta, cambiemos lo que tenemos en nuestra mente.



EL FRACASO: 

Culpar a alguien de los propios fracasos es el camino más rápido hacia un nuevo fracaso.

De cada adversidad que llega a nosotros podemos aprender una lección.

Reconociendo el fracaso como un reto, y que los retos fortalecen la capacidad de sobrevivir; nos hacen más adaptable y nos refuerzan la determinación para defender las cosas que nos interesan.

Cuando tengamos que enfrentar un fracaso preguntémonos:
"¿Qué he hecho yo para atraer este suceso?"
"¿Cuál es mi parte de responsabilidad en lo que está ocurriendo?"
"¿Qué puedo hacer a partir de ahora para solventar la situación?"
"¿Qué puedo hacer para evitar que se repita en el futuro?"



LA HUMILDAD:

La humildad parte del conocimiento de que no existen personas más importantes que otras, de que en el Universo todos cumplen una función.

La lluvia sirve, el viento sirve, el agua sirve, los seres humanos servimos... Todo cumple una función, y no cabe discusiones sobre si unas funciones son mejores que otras, pues todas son igualmente útiles.

Humildad no es sentirse inferior a nadie, ni creer que existe alguien mejor. Procede de un sentimiento de paz interior; por ello, la humildad es el principio básico de una vida equilibrada.



LA AMISTAD:

Cuando nuestro organismo enferma, una de las primeras cosas que hacemos es ir al médico en busca de alivio y consejo. Por lo que respecta al espíritu, difícilmente hay algo más curativo que la amistad. A través de ella nos realizamos, en su ámbito aprendemos a confiar y a compartir nuestras vivencias más íntimas; siempre con alguien que es nuestro igual.

La amistad es el crisol en el que se forma el sentimiento de unión con el mundo; por ello, no conocer la amistad equivale a estar desconectado del mundo.

La amistad se basa en la sinceridad. Aceptarse a si mismo significará también abrir la puerta para aceptar a los demás. No intentando influir en ellos o con el objetivo de cambiarlos, ni dejar que ellos busquen la manera de cambiarnos. Es así cómo la amistad se perpetúa.

La amistad no la creamos, es algo que permitimos que crezca desde nuestra paz interior.


APRENDER: 

Hemos nacido en este planeta para aprender, no para aguardar a que algún otro nos diga lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer para desarrollarnos espiritualmente. 
Estamos aquí para aprender acerca de nuestros problemas, y no para que alguien nos instruya. 
Cada uno es su propio maestro si se escucha desde su interior.
Tú, yo y todos nosotros estamos en este mundo para aprender y no para ser instruidos. Aprendemos no por el estudio ni por la experiencia, sino a través del desarrollo de un estado de alerta, del estar despiertos, totalmente conscientes de nosotros mismos.

Podemos aprender mucho de las opiniones de los demás, pero no dejemos que nadie gobierne nuestra vida, que nos diga lo que tenemos que hacer ni lo que tenemos que dejar de hacer. Pues nadie salvo cada uno tiene el poder de salvarse.

Cuando aprendemos de nuestro dolor, desaparece; cuando aprendemos de nuestra ignorancia, dejamos de ser ignorante; cuando aprendemos de nuestra oscuridad, nos iluminamos.

Podemos aumentar la habilidad de aprender mediante la capacidad de mantenernos alerta y en paz. El tiempo nos revelará que él es el gran maestro que nos hace madurar y ganar sabiduría.



LOS SUEÑOS:

Los sueños tienen el poder de hacernos libres y de abrirnos a todas las posibilidades. No existen límites para la mente cuando estamos sumidos en el mundo de los sueños.

Todo es posible en el ámbito del soñar. No hay más limitación que la capacidad de crear, aún estando sumido en una pesadilla y en un escenario de ensueño, pues al fin y al cabo ambos son aspectos diferentes de un mismo estado del que acabarás despertando. 

¿No crees que no es tan diferente a cuando estés despierto?

"Amemos nuestras metas. Aunque a veces parezca que estamos lejos de ellas, ellas nos guiará en el camino para poder alcanzarlas. Incluso en los momentos en que nos alejemos de creer, estamos siguiendo el camino y cerca de seguir amando".


EL AMOR:

Tenemos que amarnos mucho a nosotros mismos para poder amar a los demás. El amor no es una teoría ni un ideal, no puede enseñarse. Se ama o no se ama. No podemos tomar lecciones de cómo se ama ni existe método cuya práctica diaria nos permita descubrir qué es el amor.

El amor es algo que está o no presente en nuestra vida que experimentamos. 

Cuando somos capaces de comprender en toda su profundidad al otro es cuando descubrimos que comprender es amar.

Amar es el camino para comprender la vida. Cuando comprendemos la vida nos iniciamos en el camino de reconocer la unidad con el universo.

A veces el amor se expresa a través del deseo de ayudar a los demás. Cuando alguien necesita ayuda y se la ofrecemos, percibimos que se llena el corazón de una sensación de calidez. 

Ayudar a quien lo necesita es un deber espiritual de todos los seres humanos.

Pero ayudar no es tarea fácil. No se trata tanto de dar como de saber dar. No se trata tanto de regalar como de enseñar a ganar. No se trata tanto de solventar un problema como de ayudar a madurar. El sufrimiento y los problemas nacen, crecen y fructifican a partir de la inmadurez.

En la madurez encontrarás autosuficiencia.
En la autosuficiencia está el conocimiento.
Y en el conocimiento la plenitud se expande.



LA LIBERTAD:

Desde la niñez nos han educado según determinadas creencias, y con ello han condicionado nuestras mentes. A partir de la niñez, y por el resto de nuestras vidas, cualquier cambio que hagamos se inscribirá en lo límites de esas creencias. Por esta razón, muy pocas personas cambian y se liberan realmente, pues cualquier cambio es sólo una modificación de creencias. Y no sabemos cómo dar el gran salto.

Obedecer es una virtud en los niños y una obligación para los adultos, pero no es una buena manera de madurar espiritualmente. 

Apartemos del camino a todo aquel que en nombre del espíritu impone obediencia, huyamos de los salvadores. Sólo las víctimas lo necesitan. 
Nuestra mente sólo necesita libertad. Libertad para escuchar y no para comparar. Libertad para profundizar, para dejarse empapar por el silencio y descubrir aquella realidad que trasciende el tiempo y es innombrable.


LA CONCIENCIA:

Escuchar esa voz que como un susurro habla desde el centro del corazón. Esa voz nos guía por el camino correcto, nos avisa ante una situación que puede ser peligrosa o perjudicial. 
¿De quién es esa voz que nos aconseja y que cuando no le hacemos caso acabamos por lamentarlo?

Cada vez que necesitemos una respuesta, allí la tenemos. No importa la situación, nuestro ser interior sabe exactamente qué es lo mejor. Nos protege y nos cuida. Sólo hay que reconocerla, elogiarla, darle las gracias y saber que haciéndole caso todo estará bien en nuestra vida.

Hay otra voz que también nos está hablando, que resuena en la cabeza y repite una y otra vez la palabra NO: “NO puedes hacerlo”, “No eres capaz”, “NO sirves para nada”…
Ese es el grito de un tirano llamado "Ego". Tengamos precaución, porque si nos descuidamos acabará dominándonos.

La intuición es la voz del "Ser interior", es una guía llena de amor. Prestemos atención cuando sintamos algo con intensidad. 

Mantengámonos atento a los mensajes invisibles y descubriremos cómo en ellos hay algo más que simple coincidencia.

Las creencias forman parte del ámbito religioso; la espiritualidad de lo humano.

Para alcanzar la meta del equilibrio, de la integridad, de la paz interior basta con seguir un camino, un método, aprendiendo o enseñado, que nos conduzca al encuentro de nuestro yo interior.


Del libro: "Lo que no se ve" de Frederic Solergibert



Frederic Solergibert: Nace en Barcelona y desde muy temprana edad siente una especial fascinación por la espiritualidad, la literatura y la psicología.
Esta experiencia le deja una profunda huella que hace, a partir de ese momento que se inicie en su educación superior, no en el sentido tradicional occidental: a través del aprendizaje de los libros, sino a través de la experiencia directa con un nivel de conciencia superior, del conocimiento Vedanta, de los Sutras de Patánjali y su relación con la Física Cuántica, concretamente con el Campo Unificado y los Altos estados de Conciencia.

Se licencia en Psicología en la Universidad de Barcelona y se interesa por la psicología de Jung lo que le lleva a implicarse en el estudio del simbolismo Junguiano. Su deseo de profundizar en el campo del desarrollo personal lo encamina a completar un certificado en Hipnosis y posteriormente en PNL y Coaching por el Instituto de Programación Neurolingüística de Londres (año 1993) y un Master en Estudios Interdisciplinarios.

Hoy Frederic es considerado como uno de los expertos en crecimiento personal y un destacado orador sobre las ciencias cognitivas, la espiritualidad y el potencial del cerebro. Ha dictado conferencias y cursos en muchos lugares de España, Estados Unidos y América del Sur, ha colaborado con destacados autores como Louise L. Hay, Dr. Lair Ribeiro o Dr. John Demartini. 

Es autor de los libros: “Lo que no se ve” y “Bajo el árbol amigo”.



MAMÁ GAVIOTA


Cuentan que hace mucho, mucho tiempo, en una playa azotada por un mar embravecido, a una gaviota le ocurrió una gran desgracia: acababa de poner sus huevos en la tibia arena cuando una extraordinaria ola, crecida con la última marea, lamió con fuerza la orilla y se los arrebató.

Mamá gaviota se lanzó contra las aguas para recuperarlos, pero fue inútil. Y era tanto su dolor, tan grande su desesperación, que encaramada en la cima de la más alta roca del lugar gritó al mar con toda la fuerza de sus pulmones y le rogó y le suplicó que le devolviera sus huevos.

Pero el mar no contestó. "Devuélveme mis hijos, por favor", imploraba una y otra vez mamá gaviota.

Pero las aguas, vanidosas, orgullosas en su inmensidad, siquiera acallaron por un instante el rumor de su ir y venir para responder a la súplica de la frágil gaviota.

Hasta que por fin, llevada por el dolor y por una firme determinación, la gaviota se irguió sobre sus patitas, extendió cuanto pudo las alas y lanzó un desafío:

"Escucha lo que digo, mar, porque si no me devuelves mis huevos, si me arrebatas mis hijos, mi futuro, te secaré. Con mi pico me llevaré tus aguas, te vaciaré y dejarás de existir. Y no me importa si tardo poco o mucho, ni el esfuerzo que suponga, porque al final con mi pico te secaré".

Y mamá gaviota empezó a volar de mar a tierra, de las aguas a la playa, y en cada viaje robaba con su pico un poco de agua que depositaba en las arenas. Una hora tras otra, día tras día, la gaviota se afanaba en la tarea que se había impuesto.

Al cabo de un tiempo acertó a pasar por allí otra gaviota que, al verla, le preguntó:
¿Qué estás haciendo? Y mamá gaviota respondió: Estoy secando el mar. ¿Secando el mar?, repitió la otra gaviota, con si no hubiese entendido la respuesta. Sí, eso hago. Y ante la mirada incrédula de su compañera, explicó: El mar se lleva nuestros hijos, y aunque lloremos y supliquemos para que nos los devuelva, nunca nos ha escuchado. Por eso me he propuesto vaciarlo para siempre, y no cesaré en el empeño hasta que me devuelve mis huevos.

Me parece justo, dijo la gaviota recién llegada. Es más, te ayudaré en tu tarea. Y así sucedió que en aquella playa y bajo aquel cielo dos gaviotas se pusieron a extraer agua del mar con sus picos y a depositarlas en la arena. Y tal era la energía que ponían en ello que una tercera gaviota al verlas preguntó:

¿Qué estáis haciendo? Estamos secando el mar, respondieron a coro, porque nos roba nuestros hijos.
Y la última gaviota en llegar al lugar se dispuso a escuchar la historia de mamá gaviota y, conmovida, decidió ayudar con su pico a sacar el agua. Y eran ya tres las que se disponían a secar el mar.

Y no paró ahí la cosa, porque pasó una cuarta y una quinta y una sexta, y todas ellas sumaban sus esfuerzos tras oír el relato de mamá gaviota.

Pero el mar seguía sin responder; de hecho, siquiera notaba que lo querían secar.

Pasadas unas semanas, se contaban por cientos las gaviotas que con sus picos trataban de vaciar el mar. Y al poco, ya eran miles.

Fue entonces cuando la Gran Gaviota Luminosa que vivía por encima del cielo vio la extraña tarea que llevaban a cabo sus hijas en la tierra. Miles y miles de gaviotas que viajaban del mar a la playa cargados sus picos con agua salada, y lo hacían una vez y otra y sin tomarse apenas tiempo para descansar.
"¿Qué harán?", se preguntó.

Y al ver que la escena se repetía día tras día creyó que las gaviotas se habían vuelto locas. Así que preocupada, la Gran Gaviota Luminosa que vivía por encima del cielo decidió bajar a la tierra para averiguar qué ocurría.

¿Qué estáis haciendo?, les preguntó la Gran Gaviota.

Por un instante, las gaviotas dejaron de volar y la contemplaron extasiadas, embargados sus sentidos, sus corazones llenos de paz.

Estamos secando el mar, respondió mamá gaviota con serenidad. Las aguas se llevan a nuestros hijos y el mar no responde a nuestras súplicas para que nos los devuelva. Y porque es descuidado y porque no nos respeta hemos decidido vaciarlo.

Me parece justo, respondió la Gran Gaviota. Pero dejad que yo hable con el océano en vuestro nombre y que le pida que os devuelva lo que os pertenece.

Y, dicho esto, la Gran Gaviota Luminosa alzó el vuelo, se posó en la roca más alta y, con voz firme, habló al océano:

¡Oh, océano! Devuelve sus huevos a las gaviotas, devuélveles su más preciado don, devuélvele sus hijos…

El océano se estremeció al oír la profunda voz de la Gran Gaviota. Y, a pesar de su grandeza, tanta era la reverencia que despertaba en él la diosa de las gaviotas que sólo pudo obedecer. Y así fue cómo, finalmente, devolvió los huevos.

Y dicen que por ello las gaviotas siguen volando aún hoy. Han sobrevivido porque aprendieron una lección: vivir unidas les proporcionaba la fuerza que la soledad les negaba.

Y otra lección más que ha de servir a cualquier ser: cuando tu acción sea justa, aunque te encuentres solo al principio, poco a poco se unirán a ti otros seres, que te apoyaran en tu propósito hasta que, por fin, la totalidad de la creación, el universo entero, te apoyará en la consecución de tu objetivo.


Del libro "Lo que no se ve" de: Frederic Solergibert




UN MENSAJE DE INSPIRACIÓN


Sigue tú corazón

Un mensaje de inspiración

No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante, 
tan solo puedes conectar los puntos mirando hacia atrás.
Así que tienes que confiar que los puntos de alguna manera... 
se van a conectar en tu futuro.

Tienes que confiar en algo...
Tu Dios, el destino, la vida, el karma, lo que sea.
Porque al creer que los puntos se van a conectar en el futuro, 
te va a dar la confianza de seguir tu corazón, 
incluso cuando te guíe fuera del camino bien conocido... 
y eso hará toda la diferencia.

¿Que te gustaría hacer si el dinero no fuera un problema en tu vida?
¿Cómo te gustaría disfrutar de tu vida?

Es tan increíble que como resultado de nuestro sistema educativo, 
muchos estudiantes dirán... 
nos gustaría ser pintores, nos gustaría ser poetas, nos gustaría ser escritores, 
pero todo el mundo sabe que no puedes obtener dinero de esa forma.
Otra persona dice "a mi me gustaría vivir una vida al aire libre y montar caballos"

Si dices que ganar dinero es lo mas importante, 
pasaras toda tu vida perdiendo tu tiempo, 
estarás haciendo cosas que no te gustará hacer para poder seguir viviendo, 
y seguir haciendo cosas que no te gusta hacer, lo cual es estúpido.

Es mejor tener una vida corta que esté llena de lo que te guste hacer... 
que una vida larga vivida de una forma miserable.

Y después de todo, si en verdad te gusta lo que haces, no importa que sea, eventualmente te puedes convertir en un maestro de esa actividad.
Es la única forma de convertirte en un maestro en algo... si en verdad fluyes en ello.
Después podrás conseguir que te paguen por lo que te gusta hacer.
Pero es absolutamente estúpido, gastar tu tiempo haciendo cosas que no te gustan y enseñarles a tus hijos que sigan por el mismo camino.

Entonces... 
es muy importante considerar esta pregunta: 
¿Qué es lo que deseo?

Tu tiempo es limitado
Así que no lo desperdicies viviendo la vida de otras personas.
No permitas que te atrapen en el dogma.
Lo cual es vivir de los resultados de los pensamientos de otras personas.

NO DEJES QUE EL RUIDO DE LAS OPINIONES DE LOS DEMÁS SILENCIEN TU VOS INTERIOR
Y MAS IMPORTANTE, TEN EL CORAJE DE SEGUIR A TU CORAZÓN Y TU INTUICIÓN
DE ALGUNA FORMA YA SABEN LO QUE EN VERDAD QUIERES SER...
TODO LO DEMÁS, ES SECUNDARIO.

Tienes que encontrar lo que amas.
Y eso es tan cierto para el trabajo como para tus relaciones.
Tu trabajo va a ocupar gran parte de tu vida, 
y la única forma de estar verdaderamente satisfecho es haciendo lo que tu crees, 
es un excelente trabajo y la única manera de hacer un excelente trabajo, 
es amar lo que haces.

Si aun no lo has encontrado, sigue buscando, y no te conformes. 
Sabrás que lo has encontrado cuando sientas una gran emoción en tu corazón, 
y como en cualquier relación exitosa, solo se vuelve mejor y mejor... 
mientras pasan los años.

Así que sigue buscando

Sigue hambriento

Sigue aprendiendo.

(Steve Jobs)


Este video con las voces de Steve Jobs y Alan Watts, dos personas que sin duda han marcado una gran diferencia en el mundo, te va a recordar hacia donde tienes que mirar cuando te sientas perdido y no sepas que hacer con tu vida.