SI LA CULPA TOCA A TU PUERTA


Si la culpa toca tu puerta, deja que el silencio te envuelva y el estruendo de la misma se transporte al umbral de la desidia, donde la falacia es el triunfo de lo establecido, lo corrupto y donde la doble moral nos desborda a perdernos en el abismo.

No dejes que te arrastren con su ira, fruto de sus impotencias, frustraciones que serán la alborada de tu amargura, heredada de la inyección de la culpa y el miedo del que yace en su propia tumba.
La metamorfosis sólo es lícita, si te dejas llevar por las normas que imponen desde la moral que puede ser verdad para el que la transmite desde su prisma pero incierta para quien observa la versatilidad de la misma frecuencia cambiada en otra vía.

Si saltas al tren sin temor, sin la inyección del delirio de morar en el abandono de tu letargo por la secuela de la vida, saltarás las vías y llegarás al vagón que quieras.
Sólo es cuestión de disciplinar a tu mente, no permitiendo que la contaminen los adeptos de sus impotencias que las incrustan en las mentes ajenas. 
Deja que el eco del estruendo del dolor, suene en la inmensidad del silencio y sin atender el mismo abandónate al placer de ser tú misma sin necesidad de permitir que te chantajeen desde sus perspectivas del dolor causado desde años de patriarcado.

¡Cuántas mentes contaminadas!¡Cuánto dolor causado!
Sin cautiverio, no hay liberación, sin dolor no hay crecimiento, sin libertad, no hay vida pero la misma se compone de la partitura que tú dejas sonar y no la que te imponen las melodías de años que suenan repitiéndose con patrones obsoletos, corruptos, inyectados del veneno del miedo, la culpa y el dolor para que te paralices en tu camino y seas una bestia más, marcada con secuelas físicas y psicológicas irreparables.

No permitas que te limiten, que no te dejen volar a tu manera, que te hagan sentir distinta, extraña, pájaro herido, maltratado en el abismo de tu cautiverio.
Camina, levántate y sé tú misma sin miedo al qué dirán…
No permitas que decidan por ti, tienes voz, deja que salga la sinfonía de tus palabras, pensamientos sin ser censurada.

Que ni bandera ni destino te haga doblegarte ante las normas impuestas por los que creen hacer lo correcto sin saber que la vida la componen tantas personas que pueden aportar un ápice o abismo de conocimiento, verdad, cultura, amor sin discrepancia. Siempre desde la tolerancia, el respeto, la igualdad en todas sus esferas y sin determinación por razón de raza, sexo, ni edad.

Nada es inmortal y menos la astucia de la versatilidad de la franqueza de la honestidad de vivir bajo el prisma de tu verdad sin ser manifestada, ni impuesta por quien no entiende porque su opresión es el yugo que impone a los demás…

La libertad de expresión y de vivir es signo de callar en la desidia de los tiempos revueltos donde el petróleo es la mayor fuente de contaminación y la cultura, el amor y la salud de tantas mujeres han sido nuevamente vulneradas, sin respeto por los recortes de la necesidad que creen que deben argumentar para paralizarlas, callarlas y sumergirlas en la nueva represión de años de conquista en el mundo.

Mujer, si te mueven la culpa, diles que no te lo han regalado, has luchado, trabajado y conquistado. Nadie tiene derecho de limitarte por ser mujer, sino apoyarte a ser tú misma, llena de valores y fuerza, dejando que seas un ser más con capacidad de aportar mucho a la sociedad actual sin ser censurada, discriminada, ni vetada.

Tu intelecto te define, tus palabras te honran y tu ejemplo es el tributo a ser la defensora de los derechos humanos, desigualdades sociales y portadora del amor en su medida.
Mujer, sé siempre libre, suelta el letargo de la culpa, el miedo, la impotencia porque eres la mejor obra de arte en la escuela de la vida.



De: Irma Ariola Medina@
Poeta y escritora 
(Todos los derechos reservados por la autora)


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