La Coraza Emocional es una actitud defensiva ante la vida.
Su función radica en sobrellevar las vicisitudes diarias, lo que no significa que sea de forma sana y enriquecedora. Puntualmente son mecanismos que nos pueden ayudar a manejar situaciones.
Las consecuencias de esta coraza emocional son:
• Capacidad de negar dichas situaciones e incluso sentir emociones por ellas.
• Evasión de cualquier responsabilidad ante diferentes hechos. Tratar de buscar excusas o culpables añade más negatividad a este hecho.
• Una mala gestión de las culpas. Justificar las culpas daña nuestro interior emocional y no ayuda a comunicarnos.
• Baja autoestima e inseguridad. Estos son pilares emocionales básicos, que destruyen nuestra capacidad de relación y de amor por nosotros mismos.
• Deseo de ser una persona “perfecta”. Ocultando nuestras emociones o debilidades se intenta crear un alma perfecta, que no siente ni padece inmune a cualquier sentimiento.
• Débil conocimiento de uno mismo. Afecta a lo que somos, lo que queremos y cómo lo queremos. En definitiva mostramos un cuadro de nuestro yo poco definido y con sombras.
La coraza emocional puede impedir la visión de la realidad que nos rodea, limitándonos nuestra evolución personal.
Por lo general llegamos a convertirnos en personas intratables, incrédulos y con nula capacidad de generar ilusión.
Poco a poco nos destruimos y vamos dejando víctimas en nuestro círculo más cercano.
Liberarse de la coraza emocional ante cualquier sentimiento destructivo, que merme nuestra calidad emocional de vida, el primer paso para manejarlo es ser honesto con uno mismo.
Aceptarse como uno es, no buscar un modelo de perfección irreal, nadie es perfecto.
Realizar un profundo estudio interior de lo que somos es primordial.
Estos conceptos no se adquieren de forma rápida, pero la constancia y la motivación por llevar las riendas de nuestra vida es un premio que anima a intentarlo.
La comunicación es el pilar básico que moverá este camino para destruir la coraza emocional.
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