¡Excelente trabajo!, lástima que lo
entregaste tarde.
Un jefe a su empleado
EQUIPAJE PRESTADO
Muchas personas desperdician a diario
minutos y horas de su tiempo tratando de descalificar a todo aquellos que se
encuentran a su alrededor. Pareciera ser que disfrutan al menospreciar y
rebajar a los demás, sea cual fuere la tarea que están realizando o el vínculo
que tengan con las víctimas.
Si alguna vez padeciste este tipo de ataque
verbal, es posible que te hayas cuestionado el origen de estas agresiones, que
te hayas preguntado cuáles fueron las causas que las motivaron y, seguramente,
no hayas encontrado la respuesta.
Podemos proponer diferentes teorías y
suposiciones: sin llegar a ninguna conclusión única sí podemos de todas maneras
darnos cuenta de que el descalificador tiene como objetivo controlar nuestra
autoestima, hacernos sentir "nada" ante los demás, para que de esta
forma, él pueda brillar y ser el centro del universo.
Si haces algo, el descalificador te
criticará por accionar y si no accionas, te juzgará por no hacerlo. Su
especialidad son los dobles mensajes y los mensajes ambivalentes. Los
descalificadores hoy te endiosan y mañana te bajan del pedestal en un instante.
Juegan juegos crueles que pretenden desestabilizar tus emociones y robarte los
sueños.
Su idea es que vivas desconfiando, te
sientas inseguro y seas dependiente de sus palabras y opiniones.
Invalidar, descalificar, manipular son los
objetivos, las metas del descalificador. El procura tener control y poder sobre
tus emociones, tu alma y tu razón para luego destruir tu estima y que entonces
que pases a depender absolutamente de él.
¡Es un digno representante de la gente
tóxica!
Sin embargo, no todas son malas noticias.
Podemos recuperar el control de nuestras emociones, de nuestra estima y ser
libre de cada uno de los descalificadores.
¡Podemos desintoxicarnos!
Aprendamos a reconocerlos y a accionar de la
forma más productiva y eficaz para que nadie salga herido ni perjudicado.
CÓMO RECONOCER A UN DESCALIFICADOR Y EVITAR SALIR LASTIMADO
Conocer e identificar el modus operandi del
descalificador nos permitirá neutralizar sus ataques, defendernos y
resguardarnos inteligentemente, y así coartar y limitar su avance y sus
intenciones.
Comencemos a visualizar las tácticas y las
estrategias del descalificador:
- Se esconde detrás de máscaras: juega el papel del amigo, del compañero y por qué no, hasta de un hermano
- Finge estar interesado en lo que haces, pero en su mente tramará cómo sacar ventaja de aquello en lo que estás trabajando
- Es irónico y sarcástico: mediante indirectas e insinuaciones te hará creer que lo que estás haciendo no está del todo bien, influyendo de esta manera negativamente en la motivación y la energía que volcaste en tu proyecto
- Vivirá usando una lupa para ver con detalle tus defectos, para luego utilizarlos a su favor y poder así desvalorizarte en el momento indicado, convirtiéndote en su presa y en su víctima
- Tratará por todos los medios de reducir tu estima y tu valor a cero para que su figura y su poder aumenten. Sólo si tú mermas, él podrá hacerse grande
- Estará atento a escuchar los reclamos y las quejas que tú hagas sobre ti mismo, para que en el momento adecuado y certero pueda sacarlos a luz y así perjudicar tu estima y tu poder
- Agigantará tus errores y tus fracasos y reducirá al máximo el valor de tus logros y de tus éxitos
- Por momentos intentará ser un ángel, un ángel enmascarado y agazapado, que en el momento preciso será capaz de dar la estocada final. Si por alguna circunstancia debes enfrentarte o competir con él, por ejemplo, en un proyecto laboral, a este "ángel" no le importará haberte dicho ser "tu hermano" en algún momento, sino que avanzará con toda la artillería lista para desvalorizar tus logros y hacerte quedar como una pobre persona que no consigue nada de lo que se propone en la vida
- Vivirá escondido detrás de una máscara para jugar así mejor su juego, ocultando su mal humor, su irritabilidad y la falta de dominio propio al no poder presentarse y relacionarse tal cual es. Su propia vulnerabilidad logra asustarlo
- Su objetivo es tener "poder y control" sobre todo cuanto sucede y sobre todos aquellos que estén a su alcance
- Sólo él tiene razón y conoce a la perfección todos los temas y asuntos que pueden tratarse.
Seguramente en cientos de oportunidades has
tenido que convivir con muchos de ellos, y hoy, mientras estás leyendo, estás
viendo mentalmente el retrato de aquel que le acosó y trató de amargarte y
hacerte difícil la convivencia. Ellos sienten que, cuanto mayor control tienen,
mayor es su satisfacción, (aunque ese control sea efímero).
Aunque te parezca difícil de creer, todos,
alguna vez, fuimos víctimas de un descalificador; incluso los mismos que ahora
descalifican han sufrido en su momento permanentes agresiones que lastimaron su
estima y sus ganas de crecer.
Todos hemos recibido respuestas y
contestaciones letales que nos han dejado atónitos o sin palabras; sin embargo
es importante resaltar que "todos" tenemos la oportunidad de cambiar,
de pedir disculpas si hemos descalificado y de revertir las actitudes y las
acciones que desplegamos a diario si estas son nocivas para nosotros o para
terceros.
PODER Y CONTROL
La mentalidad de la persona descalificadora
es avasallante y precisa. Sabe con exactitud cuál es el dardo que saldrá de su
boca, ya que su fin es destruir tu estima.
Es detallista: observará a la perfección
cada una de tus acciones para poder así determinar en qué momento disparar los
perdigones. Sus movimientos son tan minuciosos que la víctima no se da cuenta
del lugar que le está cediendo a esta persona y de lo destructiva que su
manipulación puede llegar a ser.
El descalificador se encargará de hacerte
cumplir sus exigencias o, de lo contrario, te hará la vida imposible. Sea como
fuere, querrá conseguir que pienses, sientas y acciones sólo como él lo desea.
Otro rasgo llamativo de este tipo de
personas es que pretenden "ser perfectas"; el descalificador jamás
podrá admitir un error, y por supuesto no sentirá culpa por nada; por otro lado
nada de lo que sucede obtiene su atención, con excepción de aquello relacionado
con lo que él quiere alcanzar. A medida que su víctima le deja espacio, él va ganando
territorio. Al cabo de los meses y de los años, su humor será más irritable y
sus contestaciones más hirientes, hasta verse convertido en un ser sumamente
difícil para la convivencia.
Control, poder y más control y poder, es lo
que anhelan estas personas: control sobre tus emociones y tus acciones. Su
agresión aumentará en la medida en que tomen conciencia de que quienes están a
su alrededor, en cuanto puedan, se alejarán de sus vidas, perdiendo así todo lo
que alguna vez se esforzaron por alcanzar.
Claro que en un momento determinado esa
agresión se volverá contra ellos, convirtiéndose en una depresión llena de
culpas que desembocará luego en una enfermedad psicosomática.
DESCALIFICACIÓN: ENFERMEDAD CONTAGIOSA
Tal vez te preguntes si es posible que
puedas contagiarte de ese poder destructivo tan aborrecible. La respuesta es
"sí".
Veamos cómo.
En primer lugar, la persona descalificadora
se tomará tiempo para conocerte; de a poco, encontrará una forma de satisfacer
tus necesidades, de llevarte paz y cooperar contigo, para que, una vez que le
hayas dado toda tu confianza, sean sus palabras y sus decisiones las que tengan
poder y peso sobre tu vida.
En esta instancia, dudarás de tus
capacidades, y te preguntarás "¿no será que él tiene razón?, yo no puedo
con todo esto." Y hasta llegarás a dar gracias de que esa persona esté a
tu lado, aunque esté convirtiendo, sin que tú te des cuenta, tú servicio o
trabajo en servilismo.
Desde ese lugar de autoridad y poder, toda
palabra que salga de su boca será aceptada por ti, y como no sabrás cómo
manejar la frustración y la desvalorización continuas que recibes, reprimirás
toda la bronca contenida. Como no serás capaz de enfrentar la situación, inconscientemente
te equivocarás más seguido, quedando expuesto a la palabra autorizada que
descalifica y subestima todas tus emociones
y capacidades.
Es importante que sepas que a partir de la
reiterada manipulación que el descalificador hará de tus valores, con el tiempo
correrás el riesgo de parecerte a él. El agresor te enseña que "el mundo
empieza y termina en cada uno", lo cual, a la larga, podrá convertirse en
tu propia creencia. Si esto sucede, tal vez sientas que ahora sí, te toca, como
se dice, "tener la sartén por el mango".
Así es como sucede que el que alguna vez
sufrió en carne propia este tipo de maltratos, puede convertirse en el victimario
una situación similar.
Esto nos ofrece una conclusión muy
interesante, en el sentido de que podemos deducir que el descalificador alguna
vez fue víctima.
NI PRÍNCIPE NI VERDUGO: "POR EL LIBRE ALBEDRÍO"
Como vimos en el punto anterior, muchos de
los descalificadores, tal vez, en algún momento de sus vidas, hayan sido
descalificados y, por lo tanto, tal vez ocurra que la descalificación sea la
única manera que conocen o que encontraron para relacionarse con los demás.
Quizás es la única forma posible que tienen de sentirse, por algunos instantes,
importantes. Su forma de pensar es “yo crezco y tengo poder si soy capaz de
destruir tu estima y controlarte”.
Sin embargo, esa necesidad ilimitada de
demostrar poder solo es el resultado de una estima baja, herida, que encuentra
valor a sí misma hiriendo y lastimando a otro.
La máscara del "ego elevado" es la
elegida por ellos. Los hallaremos siempre con un ego altísimo, capaz de
invalidar cualquier acción o a cualquiera que trate de superarlos.
Personas de este tipo pueden encontrarse en
todas partes, sea cual fuere el ámbito en donde nos hallemos, tanto en el
terreno laboral, como en el social o familiar
Son seres que proyectan en los otros todas
las frustraciones e inseguridades que no les permitieron crecer ni desarrollar
su potencial y sus sueños. Como "Utiliza esta exageración de sí mismo para
superar la inferioridad." Jay Carter, ellos no pudieron llegar a la meta,
su objetivo será que tú tampoco lo logres: "Si yo no lo logro, él
tampoco" es su típico razonamiento. Sólo al lograr disminuirte y
menospreciarte, él podrá sentirse, al menos por un momento, importante.
El descalificador conoce a la perfección
todo lo que eres capaz de alcanzar si te lo propones e ideas metas para
alcanzarlo. Sabe que cuentas con la genética de un campeón, y como conoce tu
potencia intentará por todos los medios hacerte sucumbir y amedrentarte. Este
es el único camino que conoce y que es capaz de ejecutar el descalificador para
que nada se salga de su control.
Sin embargo, no es tu destino ni el mío el
tener que convivir con personas cuya meta es limitarte y lastimar
permanentemente tus emociones, ni tampoco nos compete ser su socorrista.
El descalificador no es más que un simple
nene asustado que va reprimiendo y rechazando todo lo bueno que la vida había
deparado para él.
Quizás, en este momento, te preguntes:
"Una persona descalificadora: ¿podría formar pareja?, ¿sería capaz de
sentir amor?, ¿de compartir sus pensamientos con un amigo?, ¿podría trabajar en
equipo?, ¿sentir la belleza de vivir?"
La respuesta es "no", a menos que
tome conciencia de sus actitudes, de su manipulación y decida revertir su
mentalidad y su trato.
PALABRAS MORTÍFERAS
A partir del momento en que recibimos la
ofensa o el maltrato, lo primero que se activa en nuestra mente es el
preguntarnos y cuestionarnos si algo de todo lo que se dijo es verdad o no, y
cuánto hay de cierto y cuánto de error en las insinuaciones que se nos hacen.
Cuando operamos bajo este modelo comenzamos a darle más crédito a las palabras
del descalificador y a su manipulación que a nuestra propia convicción y
acción. Creamos de este modo diálogos internos,
derrochamos fuerzas en batallas estériles, en responder a ecos difíciles de
acallar, envenenando nuestra mente con falsas profecías y manipulaciones que no
merecemos.
Cuando nuestra mente comienza a interpretar
lo que los otros han querido decirnos, empezamos a sentirnos de acuerdo a lo
que hemos interpretado.
Muchos de nosotros tomamos las palabras del
descalificador como "palabra sagrada", sin darnos cuenta de que nos
estamos haciendo cargo de sus dichos que poco tienen que ver con nuestras
reflexiones. Paulatinamente vamos incorporando lo que el descalificador dice y
le otorgamos un valor devastador, que lucha en contra de todo aquello que nos
hemos propuesto. Ten en cuenta que al hacer carne lo que nos han dicho podremos
llegar a tomar las peores decisiones para nuestras vidas.
Y mientras nuestra estima pierde valor, no
solamente nos apegamos -a los falsos mandatos impuestos, sino que todo lo malo
y negativo que hayamos pasado recobra fuerza y vuelve para seguir creciendo y
lastimando nuestras emociones.
Dichos como:
- No sirves
- No puedes
- Ten cuidado
- No llores
- No seas tonto
- No te muestres débil
- ¡Qué incapaz!
- Eres culpable de lo que pasa
- Eres molesto
- Es demasiado para ti
- Eres rebelde
- Cállate la boca
- Haragán
... terminan convirtiéndose en creencias que
asumimos como tales y que no nos animamos a refutar.
La ley de la Concentración establece que:
"Cuanto más pienses sobre una cosa, más ésta se hace parte de tu
realidad", es decir que aquello que pienses acerca de ti mismo será
aquello en lo que te convertirás.
La posición de víctima no solo traerá
angustia y frustración a tu vida, sino que también te transformará en la presa
preferida del descalificador, y lo peor de todo es que si por un instante te
animas a responder a su agresión, la culpa por responder y defenderte te
producirá una angustia aún mayor.
Por todo esto, el primer paso es poner en
orden tu mente y objetar todo lo que hasta hoy creíste cierto. Un pensamiento
verdadero acarrea otro pensamiento cierto, y la suma de ellos sanará tu estima
y cambiará el valor y el poder de tus decisiones. Para romper con la
descalificación que alguna vez recibiste, lo primero que debes hacer es cambiar
y ordenar tu propia atmósfera interior y decidir a qué personas vas a dejar
entrar en tu círculo más íntimo y a cuáles no.
Cuando defiendas tus creencias y tus
valores, podrás afirmar tu estima, tu valoración y tus acciones. Entonces, poco
a poco sentirás que estás capacitado para alcanzar todo lo que te propongas, y
con una cuota de perseverancia, las mejores oportunidades estarán a tu alcance.
En la NASA hay un cartel que dice:
"Está comprobado que el abejorro, aerodinámicamente, no puede volar por su
peso, tamaño y cuerpo, sólo que él no lo sabe."
En reiteradas ocasiones te dijeron que no
eras capaz, que no servías; sin embargo, si tienes actitud de aprender y
refutar lo que una vez aceptaste sin cuestionar, todo tu potencial será puesto
en marcha y los mejores éxitos tendrán tu nombre.
LIMPIEZA EMOCIONAL
Si en algún momento de nuestras vidas
anhelamos ser personas influyentes, debemos comenzar por reconocer que sólo
podremos alcanzar la meta si somos capaces de tener valor, estima, energía,
fuerza, aliento, motivación, respeto y amor por los otros. De lo contrario,
como dice Erich Fromm,: "Cuando el ser humano se transforma en "cosa",
enferma, lo sepa o no."
El valor que le podamos dar al otro nos dará
la fuerza y el empuje que todos, en determinados momentos, necesitamos para
crecer y convertirnos en la mejor creación de nosotros mismos. A partir de
allí, estando en paz, podremos quitar de nuestro lado a toda aquella persona
que tenga como meta desvalorizar y descalificar nuestra vida.
¿Cómo hacerlo? ¿Cómo controlar al
descalificador?
Podemos confrontar al descalificador, pero
esto no dará buen resultado: él siempre dará vuelta todo el asunto para salir
ileso de la situación y hacer que tú quedes con toda la culpa y la
responsabilidad del asunto. En casos como éste, él te podrá decir: "¿De
dónde sacaste esa idea de que yo te estoy
usando?, yo soy tu amigo y nunca te utilizaría", con una voz dulce y
llorosa que te hará pensar: "Tiene razón, qué tonto, cómo pude pensar eso
de él", con lo cual te llenará de angustia y remordimiento sentir que
pensaste mal de él, tomando el descalificador un mayor control no sólo sobre tu
mente sino sobre la situación en general.
Otro método no muy aconsejable para
controlar al descalificador es, simplemente, actuar como él: eres
descalificado, entonces descalificas, y así sucesivamente. Sin embargo esta
solución no es la óptima, ya que si la eliges, te estarás sumando a su juego,
corriendo el riesgo de salir nuevamente herido.
El descalificador tiene millones de métodos
que sacará de su galera para cada situación en la cual decidas enfrentarlo, y
si no la tiene en su mente, la improvisará como todo buen actor.
Sólo si logramos controlar nuestras
emociones, si aplicamos el dominio propio a nuestras vidas y contamos "1,
2 y 3" antes de comenzar a hablar, sabremos qué no hacer frente a esta
clase de manipuladores emocionales y seremos capaces de ganar la batalla.
Claves para tratar con un descalificador:
- No lo contradigas: ésta es una batalla que nunca vas a ganar si lo contradices abiertamente; si insistes con esa estrategia, él se cobrará tu hazaña, ya que detesta ser confrontado. Es vengativo, y si lo humillas, tu nombre estará escrito en su memoria para siempre.
- No lo confrontes en público: por cierto, esta es una humillación que no dejará pasar por alto. ¿Cómo te atreviste a ofender o a desautorizar la palabra del todopoderoso?
- Acércate al descalificador: no seas su amigo, simplemente acércate, para que no te hiera. Sé sutil: pequeños gestos y conductas logran grandes cambios; tal vez te suene medio loco, pero es una buena forma de empezar.
- Míralo y sonríe: este es un método más que sencillo para que tomes el control de la situación; suponte que el descalificador está frente a un grupo de cinco o seis personas y lo primero que hace es ponerse a discutir contigo con el único objetivo de demostrar quién tiene el poder. En este caso, lo que debes hacer es mirarlo con "cara de nada", sonreírle y darle a entender que lo has escuchado, para así revertir lo más rápido posible la situación de tensión. Sé que es difícil, pero se puede.
Comienza por priorizar tu vida, cuida tus
emociones, deshazte de toda la gente tóxica que por años estuvo cerca de ti y
sigue tu camino.
Si cuando eras chico te desvalorizaron, te
manipularon, te ofendieron, perdona a todos, sé libre de cada una de las
palabras y de las insinuaciones que asumiste como ciertas, y serás libre de
todos los que te ofendieron. Aprende a ser independiente, a ser el constructor
de tu propio destino.
El pasado es sólo eso: pasado. Por delante
están los mejores años por vivir. Si eres capaz de dejar el pasado atrás, de
superarte, de recuperar tu estima, de darle valor a tu vida y a tus sueños,
podrás sentarte a la mesa y comer el postre tranquilo.
"Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la fuerza, la autoridad, porque se destruye la sinceridad y la confianza, y sólo se
consigue una falsa sumisión."
(Albert Einstein)
'Los que están siempre de vuelta de todo son los que no han ido nunca a ninguna parte."
(Antonio Machado)
"No te jactes de tí mismo; que sean otros lo que te alaben."
(Proverbios 27:2)
"Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonando, se muestra superior a él."
(Francis
Bacon)
"Procura conseguir lo que te gusta o te verás obligado a que te guste lo que no te gustará."
(G. Bernard Shaw)
"Tantas veces nos pasa que vivimos la vida encadenados y ni siquiera nos enteramos de que tenemos la llave del candado."
(The Eagles)
"El mayor enemigo de la libertad individual es el propio individuo."
(Saul Alinsky)
"Lo único que puedes cambiar del mundo es a ti mismo, y eso hace toda la diferencia del mundo."
(Cher)
Extraído del libro "Gente Tóxica" de Bernardo Stamateas
Resumen realizado por Inés Estela López
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