"No tenía miedo a las dificultades: lo que le asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros".
"Cuando debas elegir entre varios caminos, elige siempre el camino del corazón"
De una u otra manera las lecciones llegan y vuelven, sintiendo el dolor en nuestro interior, hasta que nos damos cuenta que necesitamos de ese cambio. Sufrimos y nos desesperamos hasta que nuestra mente despierta de ese aturdimiento. Se enciende la luz de la consciencia que nos hace “darnos cuenta”.
Que dura es la vida y todas sus encrucijadas. La forma que tenemos de aprender, muchas veces tocando fondo. Lloramos, sufrimos y nos desesperamos.
Esa es la tarea de nuestra vida y no nos queda otra que seguir creciendo hasta que aprendamos las lecciones que llegan sin poder evitarlas, tomando consciencia de lo que nos está sucediendo.
Estamos despertando de ese aturdimiento donde nuestro vacío existencial aclama a voces un cambio. En este momento hay una necesidad y todos nuestros fracasos, nuestras luchas, tristezas... son lecciones que nos perfeccionan como ser humanos y que el universo nos envía para seguir creciendo.
Ojala que sea ese el destino y no quede todo en vano y quede solo en un triste lamento.
Porque en eso consiste la vida. Levantarse cada vez que se cae, luchar si cabe con más ahínco, mirando al frente sin miedos sin temor a la adversidad.
Prepararnos para ese viaje que más tarde o temprano llegará.
Ojala sea ese el cometido y no quede todo en vano y en un triste suspiro.
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