CLASES DE PENSAMIENTOS



Para solucionar problemas interpersonales, es decir, para relacionarse bien con los demás, se necesita desarrollar los siguientes pensamientos.

- El pensamiento causal. 
Es la capacidad de determinar la raíz o causa de un problema. Es la habilidad de decir "aquí lo que está pasando es..." o de preguntarse: ¿qué me está pasando?
Quienes no desarrollan éste pensamiento, no ven la situación como es en realidad. Saben que está pasando algo pero no sabe bien que es. Siempre echan la culpa de sus problemas a otros o a la mala suerte y atribuyen todo a la casualidad. Sacando conclusiones precipitadas.
Sin este pensamiento no se puede ni empezar a solucionar los problemas.

- El pensamiento alternativo. 
Es la capacidad de desarrollar el mayor número posible de soluciones ante un problema determinado. Todo problema, toda situación difícil, tiene más de una solución posible y algunas veces, muchas.
Este pensamiento es clave para resolver problemas y también para relacionarse mejor con los demás. Sin él, no sabré que en una situación concreta tengo varias posibilidades. Puedo decir esto o lo otro, o hablar más tarde, o callarme.
Es la capacidad de abrir la mente, de ver una posible salida y otra y otra.
Quienes no desarrollan éste pensamiento, cuando tiene algún problema, se suelen sentir acorralados, sin salida. No reflexionan y pueden responder de forma violenta o agresiva: “le rompo la cara...”, “me va a escuchar...” etc.
También, aquella personas que se deprimen con facilidad y “tiran la toalla”, no ven más soluciones que la de victimizarse, quejarse o abandonarse.

- El pensamiento consecuencial. 
Es la capacidad de prever las consecuencias de lo que uno dice y de lo que hace y por lo tanto, asumir las consecuencias.
Quienes no desarrollan éste pensamiento, suelen actuar impulsivamente, dejándose llevar por la rabia u otros sentimientos negativos y lejos de solucionar la situación, la empeoran, culpabilizando a los otros de la situación.
Quienes no desarrollan éste pensamiento, actúan primero y piensa después. Algunas veces se encuentran con consecuencias desastrosas: perder un trabajo, amistades, prisión...

- El pensamiento medios-fin. 
Es la capacidad de plantearse objetivos y metas en la vida y de buscar los mejores medios para conseguirlo. Es un pensamiento que nos ayuda a planificar correctamente lo que se puede hacer. Supone a su vez, utilizar el pensamiento alternativo y consecuencial.
Quienes no desarrollan éste pensamiento, actúan a bandazos como si estuviesen perdidos. Viven el día a día esclavizados a lo que se presente por no tener objetivos o metas, o por no plantearse medios para conseguirlos.

- El pensamiento de perspectiva. 
Es la habilidad de ponerse en el lugar de otro, en su piel. Es vencer el egocentrismo. Es poder comprender lo que está pensando y sintiendo la otra persona, aunque no tenga razón o esté enfrentado conmigo en ese momento. No significa ceder o acobardarse sino comprender porqué piensa o siente así.
Al desarrollar éste pensamiento, mejoran las relaciones con los demás porque hace que les comprendamos mejor para perdonarles, ayudarles o consolarse y también para oponernos con firmeza y respeto cuando no tengan razón.
Es el pensamiento que hace posible la empatía o sintonia afectiva con los otros.
Las personas agresivas y también éste pensamiento, dicen cosas inoportunas en momentos inadecuados. También interpretan de forma errónea lo que los otros hacen o dicen.

Estos pensamientos pueden aprenderse. Nadie los tiene de nacimiento y todos somos capaces de cultivarlos. Si lo lleváramos a la práctica, las relaciones con los demás (familia, amistades, pareja, compañeros de trabajo) serían infinitamente mejores de los que son ahora.



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