BIOGRAFÍA, FRASES... DE PABLO NERUDA


Biografía y obras destacadas de Pablo Neruda

Nace: 12 de julio de 1904, Provincia de Linares, Chile-Muere: 23 de septiembre de 1973 en Santiago de Chile, ChilePoeta, escritor, diplomático y político chileno, ganador del Premio Nobel de Literatura 1971 y considerado uno de los escritores más importantes e influyentes del Siglo XX.

Hijo de un obrero ferroviario y una maestra de escuela, Neftalí Ricardo Eliecer Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda, perdió a su madre al mes de haber nacido.

En 1906, la familia se traslada a Temuco (Cautín), donde ingresa al “Liceo de Hombres de Temuco”. En ese periodo Neruda comenzó a escribir poesía, obteniendo el tercer premio en los Juegos Florales de Maule con su poema "Sueño de una noche Chilena" (1919).

En 1920 regresa del liceo y comienza a contribuir con la revista literaria "Selva Austral", donde estrena su seudónimo.

En 1923 publica su primer libro, “Crepusculario”, cuyos gastos de publicación sufragó él mismo con la colaboración de amigos.

En 1924 Pablo Neruda publica "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", obra que lo situó como uno de los poetas más destacados de Latinoamérica.

Comienza su larga carrera en la diplomacia en 1927, siendo cónsul en Birmania, Sri Lanka, Java, Singapur, Argentina y España.

En 1936 estalla la Guerra civil española (1936-1939), hecho que sumado al asesinato de Federico García Lorca, conmueven profundamente a Neruda, quien se compromete con el movimiento republicano, primero en España y luego en Francia.

En 1938 regresa a Chile, manteniendo en sus escritos una tendencia política y social bien definida.

En 1945 Pablo Neruda recibe el Premio Nacional de Literatura y es elegido Senador de la República, uniéndose al Partido Comunista de Chile.

En 1946 asume como Presidente de Chile Gabriel González Videla, quien comienza una persecución contra sus antiguos aliados comunistas, forzando a Neruda al exiliarse en Argentina.

En 1952 regresa a Chile, donde es recibido con un gran acto público y un año más tarde recibe el Premio Stalin de la Paz.

En 1965 se le otorga el título de doctor honoris causa en la Universidad de Oxford (Inglaterra).

En 1971 Pablo Neruda recibe el Premio Nobel de Literatura y el Premio Lenin de la Paz. En 1973 renuncia a su cargo de embajador de Chile en Francia por complicaciones en su estado de salud, y tiempo después fallece en Santiago de Chile debido a un cáncer de próstata.




OBRAS DESTACADAS:

*Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)
*España en el corazón (1937)
*Confieso que he vivido. Memorias (1974)
*Residencia en la tierra (1935)
*Cien sonetos de amor (1959)



ALGUNAS DE SUS FRASES:

*En un beso, sabrás todo lo que he callado.

*Es tan corto el amor y tan largo el olvido.

*Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.

*Hay un cierto placer en la locura, que solo el loco conoce.

*Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.

*Conocer el amor de los que amamos es el fuego que alimenta la vida.

*¿Sufre más el que espera siempre que aquel que nunca esperó a nadie?

*Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.

*El amor no se mira, se siente, y aún más cuando ella está junto a ti.

*Para que nada nos separe, que no nos una nada.

*¿Cuál será la diferencia entre tener paciencia para nada y perder el tiempo?

*Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro el mundo.

*Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos, te pareces al mundo en tu actitud de entrega.

*Todo era de los otros y de nadie, hasta que tu belleza y tu pobreza llenaron el otoño de regalos.

*La timidez es una condición ajena al corazón, una categoría, una dimensión que desemboca en la soledad.

*El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas.

*Y cuando asomas suenan todos los ríos en mi cuerpo, sacuden el cielo las campanas, y un himno llena el mundo.

*El vino mueve la primavera, crece como una planta la alegría. Caen muros, peñascos, se cierran los abismos, nace el canto.

*¡Cómo sabría amarte, mujer cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás! Morir y todavía amarte más. Y todavía amarte más.

*Y si no das más, tan solo encuentra lo que hay en tus manos, piensa que dar amor nunca es en vano. Sigue adelante sin mirar atrás.

*Yo conocí salones cenicientos, túneles habitados por la luna, hangares crueles que se despedían, preguntas que insistían en la arena.

*Por qué se me vendrá todo el amor de golpe cuando me siento triste, y te siento lejana...

*Desnuda eres tan simple como una de tus manos: lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente. Tienes líneas de luna, caminos de manzana.

*Me piden lo profético que hay en mí, con melancolía y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.

*Sólo con una ardiente paciencia conquistaremos la espléndida ciudad que dará luz, justicia y dignidad a todos los hombres. Así la poesía no habrá cantado en vano.

*(...) De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

*Hacia tus pies resbalo, a las ocho aberturas, de tus dedos agudos, lentos, peninsulares, y de ellos el vacío de la sábana blanca caigo, buscando ciego y hambriento tu contorno de vasija quemante.

*Amo el amor que se reparte en besos, lecho y pan. Amor que puede ser eterno y puede ser fugaz. Amor que quiere libertarse para volver a amar. Amor divinizado que se acerca Amor divinizado que se va.

*He dormido contigo y al despertar tu boca salida de tu sueño me dio el sabor de tierra, de agua marina, de algas, del fondo de tu vida, y recibí tu beso mojado por la aurora como si me llegara del mar que nos rodea.

*Amor mío, nos hemos encontrado sedientos y nos hemos bebido toda el agua y la sangre, nos encontramos con hambre y nos mordimos como el fuego muerde, dejándonos heridas. Pero espérame, guárdame tu dulzura. Yo te daré también una rosa.



Puedo escribir los versos más tristes esta noche.



Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada, 

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.» 


El viento de la noche gira en el cielo y canta. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Yo la quise, y a veces ella también me quiso. 

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. 
La besé tantas veces bajo el cielo infinito. 

Ella me quiso, a veces yo también la quería. 
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. 

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. 
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. 

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. 
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. 

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. 
La noche está estrellada y ella no está conmigo. 

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Como para acercarla mi mirada la busca. 
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. 

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. 
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise. 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído. 

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. 

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. 

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, 
Mi alma no se contenta con haberla perdido. 

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, 
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


LA CANCIÓN DESESPERADA 

Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy. 

El río anuda al mar su lamento obstinado. 



Abandonado como los muelles en el alba. 

Es la hora de partir, oh abandonado! 

Sobre mi corazón llueven frías corolas. 
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! 

En ti se acumularon las guerras y los vuelos. 
De ti alzaron las alas los pájaros del canto. 

Todo te lo tragaste, como la lejanía. 
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! 

Era la alegre hora del asalto y el beso. 
La hora del estupor que ardía como un faro. 

Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego, 
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio! 

En la infancia de niebla mi alma alada y herida. 
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! 

Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo. 
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio! 

Hice retroceder la muralla de sombra, 
anduve más allá del deseo y del acto. 

Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí, 
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto. 

Como un vaso albergaste la infinita ternura, 
y el infinito olvido te trizó como a un vaso. 

Era la negra, negra soledad de las islas, 
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos. 

Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta. 
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro. 

Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme 
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos! 

Mi deseo de ti fue el más terrible y corto, 
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido. 

Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas, 
aún los racimos arden picoteados de pájaros. 

Oh la boca mordida, oh los besados miembros, 
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados. 

Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo 
en que nos anudamos y nos desesperamos. 

Y la ternura, leve como el agua y la harina. 
Y la palabra apenas comenzada en los labios. 

Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo, 
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio! 

Oh, sentina de escombros, en ti todo caía, 
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron! 

De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste. 
De pie como un marino en la proa de un barco. 

Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes. 
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo. 

Pálido buzo ciego, desventurado hondero, 
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio! 

Es la hora de partir, la dura y fría hora 
que la noche sujeta a todo horario. 

El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa. 
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros. 

Abandonado como los muelles en el alba. 
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos. 

Ah más allá de todo. Ah más allá de todo. 

Es la hora de partir. Oh abandonado!



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